El turismo de interior está viviendo una campaña de verano «histórica» en la provincia, aunque en este caso, y a diferencia del de costa, para bien. En un contexto de ruina generalizada para el sector, los establecimientos disfrutan de un verano tan bueno o mejor que los anteriores, gracias a un visitante de proximidad que huye de las grandes aglomeraciones.

Lo confirman las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE) pertenecientes al mes de julio. La pérdida de pernoctaciones, 16.615 por las 17.608 del año pasado, y de viajeros, 4.339 por 4.474, ha sido mínima, atribuible a la casi nula presencia de visitantes extranjeros. De hecho, hay más estancias de españoles que el año pasado. Datos meritorios teniendo en cuenta que la caída a nivel nacional es del 10%.

Se cumplen así las previsiones realizadas a mediados de verano, una vez visto que uno de los efectos de la pandemia era que los turistas preferían desplazarse al interior para pasar unos días de descanso. El motor para los pueblos ha sido el turista de zonas cercanas, fundamentalmente de la Comunitat Valenciana y Cataluña.

Y agosto puede cerrarse con cifras aún mejores. Joaquín Deusdad, presidente de la Asociación Club de Producto de los Alojamientos del Interior de la Comunitat Valenciana-Temps, indica que el mes pasado fue «espectacular», y lo ilustra con un ejemplo: «En Els Ports ha habido tanta gente como en un año de Sexenni». «En mi establecimiento --El Faixero de Cinctorres-- hemos tenido una ocupación media del 77%. Estamos alucinados», manifiesta.

Otra zona de interés durante la pandemia ha sido el río Mijares. Como confirma el alcalde de Montanejos, Miguel Sandalinas, la localidad tenía más reservas en hoteles que el pasado año. H