Con un final del invierno e inicio de primavera un tanto atípicos por lo que respecta a la lluvia, en la Vall d’Uixó se ha complicado fuera de lo previsto el control de diferentes plagas de insectos, lo que ha generado cierta alarma y quejas vecinales por una presencia destacada de gusanos, cucarachas y mosquitos en diferentes zonas del casco urbano.

Dependiendo del tipo de insecto del que se trate ha actuado una concejalía u otra, dado que casos como el de las cucarachas, mosquitos o ratas se consideran una cuestión de salud pública que gestiona el área que dirige la concejala Francesca Bartolomé, mientras que en lo que respecta a la proliferación de gusanos «aunque no deja de ser molesto, no se consideran una plaga porque no pueden transmitir ninguna enfermedad» y, por lo tanto, está siendo asumido por la Concejalía de Sostenibilidad, al frente de la cual está Fernando Daròs.

TRATAMIENTO NATURAL / En referencia a estos últimos, el edil precisó que «no es que haya más de lo que podría considerarse normal, sino que en esta época ya no deberían verse porque ya habrían hecho efecto los tratamientos habituales, pero al llover tanto, cada vez que se aplicaban no eran efectivos». Porque la opción escogida es la aplicación de «tierra diatomea, un producto natural que elimina a los gusanos por asfixia, pero es totalmente inocua para otros animales y también para las personas.

En cuanto a las especies que sí se consideran plagas, Bartolomé incidió en que «cuando hemos iniciado las campañas de fumigación se ha pasado varios días lloviendo, lo que ha arrastrado el producto por el alcantarillado dejándolo sin efecto», de manera que «se han vuelto a repetir y se está reforzando el servicio para que podamos conseguir el control de su reproducción».