El cabreo del sector azulejero y sus industrias afines con el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, es monumental. Así se lo trasladaron ayer los empresarios al president de la Generalitat, Ximo Puig, al que exigieron un posicionamiento claro sobre el conflicto de los peajes del gas --que obtuvieron-- y una mediación en Madrid para defender los argumentos de la industria.

La guerra entre los sectores manufactureros y las firmas gasistas a cuenta de los peajes del gas, que debe regular la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia en los próximos meses, se convirtió en protagonista en la segunda jornada de la feria italiana de Bolonia, marcada por la presencia del president Puig y del conseller de Economía, Rafael Climent, que visitaron algunos de los estands de la delegación española, la segunda más importante con 171 firmas. Cinco días después de que el dirigente se lo exigiera a Garamendi, que calificó de «barbaridad» la bajada de los peajes planteada por el regulador, este aún no se ha pronunciado, lo que indigna al sector.

Tanto es así que las patronales azulejera (Ascer) y de fritas y esmaltes (Anffecc) han decidido mover ficha de nuevo y enviar una carta al presidente de la patronal nacional exigiéndole «neutralidad» en una disputa entre asociados. Así lo desveló el presidente de Anffecc, Joaquín Font de Mora, que aseguró que se sienten «abandonados» por la que es también su organización. No es el único movimiento que se ha producido en las últimas horas, pues otros sectores industriales se han sumado al cerámico para pedir la rectificación de Garamendi, así como un posicionamiento de la ministra de Industria en funciones, Reyes Maroto.

A falta de que Puig pueda presionar más o menos en Madrid, como le pidió el sector, lo que sí dejó claro el jefe del Consell es que su opinión es muy próxima a la de los empresarios de Castellón. «La Generalitat ha tomado partida por el clúster azulejero porque sus demandas son justas y porque falta entendimiento sobre el papel que debe tener la industria: no hay país avanzado sin sectores manufactureros fuertes». «El azulejo funciona en productividad e innovación, pero uno de sus hándicaps actuales son los costes energéticos, que hay que bajar cuando haya opción».

AYUDAS A LA FOTOVOLTAICA

Puig recordó que en la última Mesa de la Cerámica acordaron crear una comisión de seguimiento de todas las cuestiones energéticas. El president se comprometió a ayudar al sector en la implementación de energías renovables en sus plantas, en especial la fotovoltaica. En este sentido, anunció que mantendrá una próxima reunión con el presidente de Red Eléctrica para evitar que desde esta firma se pongan trabas al autoconsumo de energía en el ámbito industial. Además, afirmó que trabajarán para garantizar el futuro de la cogeneración.