Castellón exhibió ayer su cara más aterradora para celebrar la cada vez ya más asentada fiesta de Halloween en la provincia. Pintacaras, espectáculos de animación y sobre todo disfraces terroríficos de toda índole, fueron el denominador común en la mayoría de municipios en el día más pavoroso de todo el calendario.

En Vinaròs, la programación juvenil del Ànimes hizo vibrar las calles de la localidad con las performances de Move of Soul y Locura, que precedió al Castaween (fusión de la castañada y Halloween) de la colla de Nanos i Gegants.

Misma tónica en Benicàssim, donde un multitudinario y colorido pasacalle que partió del puente de hierro y la oferta nocturna impulsada por el Casal Jove congregó a cientos de personas.

En l’Alcora, el protagonismo de la jornada se lo llevó el novedoso pasaje del terror, que convirtió la sala de exposiciones del consistorio en un escenario de ultratumba, y una animada fiesta infantil en la plaza del Ayuntamiento.

Orpesa, por su parte, apostó por valencianizar Halloween con una exposición (Espanta la por!) que sacó a relucir algunos de los monstruos característicos de la mitología autonómica y en la que la colla de dol-çainers i tabaleters L’Embolic puso la nota musical.

Una vertiente por la que también se decantó Almenara, que además de un pasacalle con un recorrido más largo y el pasaje del terror en el antiguo ambulatorio, las espantacriatures valencianes asustaron y divirtieron a partes iguales.