El undécimo mes del año, el octavo desde la llegada del SARS-CoV-2, se despidió ayer como el segundo peor mes de la pandemia en número de muertes por la covid en la Comunitat: 487, tantos como los oficiales registrados en el mes de marzo y solo por detrás de los 823 fallecimientos registrados de forma oficial en abril, el verdadero «mes negro» hasta ahora de esta pandemia. Con los 20 fallecimientos notificados ayer, la cifra oficial de víctimas de la pandemia se eleva a 2.361 (321 en la provincia de Castelló, 849 en la de Alicante y 1.191 en la de Valencia) aunque está más que asumido que la cifra real de personas que han perdido la vida por la covid-19 está por encima de este listado oficial.

Así, según la distribución temporal de muertes que ofrece la Conselleria de Sanidad en su portal de Dades Obertes —la notificación diaria que se ofrece a los medios recoge fallecidos de varios días y no hay asignación de fechas directa— noviembre ha registrado 487 fallecimientos, más de la mitad de los asignados a esta segunda ola, que alcanza las 887 víctimas de julio a noviembre.

Frente a estas 887 víctimas, en la primera ola de febrero a junio, se registraron 1.474 muertes. Noviembre ha tenido también un peso decisivo en el total de muertes: se anotaría uno de cada cinco fallecimientos que se han registrado hasta ahora.

Dando por hecho que la Comunitat Valenciana ha empezado a doblegar la segunda curva —la semana pasada empezaron a relajarse los nuevos casos diarios detectados—, noviembre pasaría a convertirse en el particular mes negro de este segundo envite de la pandemia aunque sin llegar a los niveles de la primera onda. Eso sí, los expertos en Salud Pública avisan de que aunque se podría haber registrado el pico de mortalidad de esta segunda onda epidémica, esta todavía va a continuar durante varias semanas e incluso podrían seguir sumándose víctimas de esta segunda ola bien entrado el mes de enero.

El por qué radica en los tiempos de evolución de la enfermedad. Desde que se produce el contagio hasta que se detecta, si se hace, pueden pasar de 5 a 10 días. A partir de ahí y de la aparición de síntomas, pasan varios días hasta que la situación necesita de atención hospitalaria y los tiempos se alargan todavía más si la persona requiere ingreso en cuidados intensivos. Es por ello que los fallecimientos que ahora se están registrando son contagios reales de hace varias semanas lo que hace prever aún otras varias de goteo de muertes, como también se vio en la primera ola. Las víctimas relacionadas a esta segunda ola serán, pues, más de las 887 registradas hasta ahora.

El mismo perfil

Aunque los profesionales sí han encontrado diferencias en esta segunda ola en cuanto al tiempo de hospitalización necesario, consecuencia de un mejor conocimiento de la enfermedad y de detecciones más tempranas, no ha variado especialmente el perfil de las personas que no pueden superar la covid-19. Según las estadísticas oficiales, y a falta de recoger las últimas notificaciones, casi la mitad de las víctimas de la covid-19 tenía entre 80 y 89 años, 958 de los 2.341 fallecimientos registrados hasta ese momento. El segundo grupo de población afectado es el de personas entre los 70 y 79 años con 596 víctimas registradas, y una incidencia del doble de casos entre hombres que entre mujeres. El tercer grupo de edad afectado es el de mayores de 90 años, con 436 fallecidos.

Aunque la gran mayoría de decesos se han registrado en personas en la tercera o cuarta edad, no hay que perder de vista que también ha muerto gente de mediana edad y jóvenes por culpa del coronavirus. Por ejemplo, y a falta de registrar los últimos 20 fallecimientos, han perdido la vida 75 valencianos de entre 50 a 59 años y 24 en la cuarentena. Por debajo de los 40 han perdido la vida una docena de personas, la más joven entre los 10 y los 19 años.

Fallecidos sin registrar

Por ahora la cifra oficial de decesos en pandemia son 2.361, cifra que aún crecerá en los próximos meses y que debería engrosarse también de forma retrospectivaya sea por los enfermos que murieron durante la pandemia sin tener una PCR realizada —y que no fueron reconocidos en su momento— o incluso por aquellos que murieron antes de que saltara la alarma de la pandemia con una neumonía bilateral de origen desconocido y que pasaron inadvertidos hasta que se supo del SARS-CoV-2.

De aquellas primeras víctimas se rescató el fallecimiento que ahora figura como el primero en la C. Valenciana y en España del 12 de febrero: el del vecino que viajó a Nepal y que murió en el Hospital Arnau de Vilanova sin tener un diagnóstico claro, y al que se llegó semanas después analizando tejido que se había guardado.