Sorprendido, porque después de muchos años sin pisar un ring se ve “incluso mejor que cuando era boxeador profesional”. O por lo menos así se siente todo un campeón de España y del Mundial hispano después de que hace más de cinco meses se subiera a un cuadrilátero, casi por casualidad, “para probar” y por “perder algo de peso”.

Y es que José Juárez se ha empeñado en llevar la contraria al calendario y hacer buena la sentencia que, efectivamente, quien tuvo, retuvo. Él, que el pasado año celebró el 20º aniversario de su mayor hito deportivo con el Mundial hispano y que desde 1997 tiene parcialmente reconstruido el pie por un accidente que se lo cortó “casi por la mitad”, ha decidido desacreditar a su DNI, enfundarse de nuevo los guantes y batirse en combate contra la obviedad.

Contra la obviedad y, como no esconde, “contra los bastantes kilos” que le sobran ahora mismo. “Ahora estoy entrenando a ver si bajo a peso pluma, pero estoy alrededor de los 80 y quiero bajar hasta los 60 kilos”. “Creo que puedo bajarlos, ya que antes podía y tengo la voluntad”, admite mientras añade, sonriendo, que su único escollo es que le “apasiona comer”.

al ring en MAGDALENA // Sin embargo, tiene una fecha “de reaparición” entre ceja y ceja y si tienen “que dejar de comer para conseguirlo”, lo hará. “Mi objetivo”, adelanta el púgil, “es poder realizar algún combate durante las fiestas de la Magdalena” y, aventura, “incluso intentar probar en el campeonato de España”.

Y es que Juárez ve factible el reto marcado, puesto que, no duda en repetir, está “sorprendido” porque ve que para él “no han pasado los años”. “Estoy casi mejor que antes de fuerza y potencia y solo me falta algo de rapidez que ganaré con el tiempo”, dice. Gajes del peso, reconoce.

Para ello, como buen púgil veterano, no podía más que tener un entrenador experimentado. De hecho, el que más. Todos los días (“bueno, todos los que puedo”, matiza Juárez), entrena “en el Ciutat de Castelló de 19.00 a 21.00 horas con Manolo Pérez”, el técnico decano de la provincia.

La lucha de la vida // Y es que por desgracia, el retornado boxeador ha perdido casi más combates fuera del ring que entre las cuerdas del mismo. Tanto es así que si ahora no está entrenando (“todo lo que quiero y diariamente”) es porque está cuidando a su hermano, “que sufrió una embolia”.

Además, cuando no está sobre el ring o con su hermano, está metido de lleno en una meta que le “quita hasta el sueño”. “De hecho”, adelanta ilusionado el castellonense, está apuntado a Cruz Roja y espera poder “entrar a trabajar el próximo mes”, ya que, como lamenta, con su media pensión “es muy difícil vivir”. H