Pocos días después de que Guardiola volviera a dar con la contraseña para abrir el Bernabéu, lo visita Messi, que derriba sus puertas con trucos de prestidigitador que solo él conoce y que practica con asiduidad. Tiene motivos la parroquia blanca de sentir aprensión ante la inminencia de un clásico, aun rebajado y descolorido como el de esta noche (21.00 horas, Movistar LaLiga).

Atraviesa un invierno crudo el equipo de Zidane, que ante la evidencia no le quedó más remedio que confesar pecados ayer en rueda de prensa. «Estamos en una situación delicada», corroboró. Dos victorias en seis partidos le han devuelto a aquella situación en que se le cuestiona, como hace unos meses. No viajan tampoco chispeantes los futbolistas que dirige Setién tras la nana para dormir que cantaron en San Paolo. Al menos arrancan con una cabeza de dos puntos de ventaja.

Y, sin embargo, un clásico es un clásico y siempre anima a esperar un partido palpitante, no importan las bajas o los estados de ánimo con los que los futbolistas se enfundan las camisetas. La estadística aporta motivación extra al duelo. Justo 95 victorias por bando reflejan el acumulado histórico de los Madrid-Barça. Uno de los dos puede cobrar tan fina como momentánea ventaja.

Setién lleva una semana de bautizos. Agua el martes por el estreno en la Champions y agua ahora por su primer clásico. Entre tanto, el fútbol colectivo azulgrana está aún en el túnel del escáner, sin que el abrupto cambio de entrenador le haya sanado de sus males. Acompañan los resultados, pero la piel del equipo no es sonrosada. Todo parece aún demasiado similar a la palidez de los días de Valverde. La exuberancia no acaba de llegar.

Los comunicados médicos van dando alguna buena noticia a Setién tras tantos partes amargos: lo de Piqué en Nápoles no fue para tanto y Jordi Alba se reincorpora tras 15 días a la pata coja (no está claro que pueda jugar los 90 minutos). Sergi Roberto, Luis Suárez y Dembélé siguen fuera. Arthur por Rakitic es una opción.

Zidane podría encomendarse a Kroos, extrañamente ausente en la derrota del miércoles en el Bernabéu que coloca al Real Madrid con pie y medio de la Champions de nuevo en octavos. Con Hazard y Marco Asensio fuera de combate, el entrenador francés podría agitar la alineación con la presencia de Bale, con lo que Modric y Vinícius saldrían del equipo respecto al que viene de perder contra el Manchester City.