Javier Calleja ya dejó su huella la pasada temporada en su primera temporada al frente del Villarreal, después de haberse formado en los banquillos de la cantera grogueta, primero con el primer juvenil del Submarino y después como responsable del filial, experiencia breve, ya que el despido de Escribá en septiembre del pasado año le obligó muy pronto a cambiar la Segunda B por la Primera.

Esta vez, el preparador madrileño (40 años) no heredará un proyecto conformado por otro entrenador y afronta su primer inicio de campaña en la máxima categoría con la idea de seguir consolidando su atractiva filosofía de juego y dar un paso más en la versatilidad táctica de un Villarreal que le ha ofrecido un buen ramillete de fichajes polivalentes (Layún, Pedraza, Ekambi, Cazorla...) que le ayuden a plasmar sobre el terreno de juego sus planteamientos.

Calleja no se ha cortado a la hora de probar durante la pretemporada todas las posibilidades que le ofrecen los actuales componentes de la primera plantilla. Ensayos como los de Mario en el centro de la defensa, la posición de Pedraza en el lateral izquierdo o la movilidad de Fornals por todas las zonas del centro del campo son un ejemplo de la flexibilidad que el técnico busca no solo en el desempeño de sus jugadores, sino también en el posicionamiento sobre el césped.

Durante el verano, Calleja ha planteado los amistosos de pretemporada con diferentes dibujos tácticos. Por supuesto, el madrileño no ha olvidado el rombo con el que inició, la pasada tempoarda, su etapa en el banquillo groguet. Calleja siguen confiando en esa propuesta, pero no como única alternativa. Dependiendo del rival o de la disponibilidad y estado de forma de sus jugadores maneja varias alternativas. «Este verano hemos trabajado varios sistemas, como un 4-4-2 con los interiores posicionados a pierna cambiada, el 4-4-2 en rombo, y hasta hemos probado con tres centrales y dos carrileros», explica Calleja.

Un equipo «profundo»

Por supuesto, todas las opciones que le ofrece el equipo están encaminadas a un único objetivo: ser protagonistas y dominadores de los encuentros. Y para conseguirlo el Villarreal de Calleja no durará en mutar cuando sea necesario. «La idea es tener siempre el máximo tiempo posible el balón, pero siempre con profundidad». Cuando el Submarino no puda hacer daño a través del juego combinativo el juego directo será una alternativa para sacar resultados. Calleja espera con impaciencia el «exigente inicio» de Liga que baremará el actual estado del equipo ante dos rivales directos como la Real y el Sevilla.