Dicen, y coincido con los que lo dicen, que el futbolista que distingue lo que es un equipo es su mediocentro. Sobre él bascula el juego, es quien marca los tiempos y su rol es sin duda fundamental. Sin desmerecer a dos jugones como Bruno y Trigueros, ambos con categoría sobrada como para llevar la manija no solo del Villarreal, sino también de la selección, a día de hoy el crack del Submarino es Sergio Asenjo.

El Zamora de la Liga es un futbolista diferencial. A nadie se le escapa el mérito que tuvo en el punto sumado en Sevilla, pero al margen de este partido y de muchos otros como este, da la impresión que jugando a este nivel, el Estadio de la Cerámica tendrá difícil disfrutar por mucho más tiempo de un guardameta así.

Pocos sabrán que el Villarreal ya quiso fichar a Asenjo cuando este realizaba sus primeras paradas siendo casi un juvenil en el Valladolid. En aquel momento, el Atlético se adelantó al club amarillo, pero su trayectoria en el conjunto rojiblanco estuvo mermada por las malditas lesiones.

Hasta tres veces ha pasado por el quirófano el portero del Villarreal, pero lo que a otros jugadores les ha obligado casi a colgar las botas, da la sensación de que a Sergio le ha hecho aún más fuerte. A sus 27 años se ha convertido en el portero de moda y se ha ganado por méritos propios ser indiscutible en la selección.

Ojalá el Villarreal pueda contar con él al menos hasta 2022, cuando expira su contrato, pero jugando así, será complicado.