Nunca hubiera sido la intención de Marcelino la de salir a la palestra para defenderse de un error por el que ya pidió sinceras disculpas hace algunos meses. Pero la bola de aquel Sporting-Villarreal se ha hecho tan grande en los últimos días que el preparador asturiano, destituido el pasado 10 de agosto de su cargo en el equipo amarillo, no ha tenido más remedio que dar su versión. Roig encendió la chispa la pasada semana; Martín Presa, el presidente del Rayo, echó más gasolina con su incendiaria camparativa de Marcelino con Andreas Lubitz --soltó que el técnico urdió un plan a imagen y semejanza del piloto que estrelló la aeronave de Germanwings en el 2015, con 150 víctimas--; y Tebas, el jefe de laLiga, sigue empeñado en justificar su teoría del amaño.

Marcelino no ha tenido más remedio que dar su versión para limpiar su imagen y, de paso, la del Villarreal, que también estaba quedando en entredicho. Los seguidores de la tesis del tongo en el último partido de Liga de la pasada campaña se apoyaron en una tergiversación de las manifestaciones de Roig. “Nunca dije que despidiera a Marcelino por ese partido. Ni siquiera pronuncié Gijón”, aclaró el presidente del Villarreal, que el pasado domingo tuvo la oportunidad de arreglar las cosas con su exentrenador en una larga conversación telefónica desvelada ayer por Marcelino: “Roig nunca ha dudado de mi honradez y profesionalidad. Con eso tengo más que suficiente”.

“Si hubiera dudado de Marcelino le hubiera echado no el día después, sino el día antes de ese partido”, recalcó Roig pocos minutos después de que el técnico asturiano abandonara la sala de conferencias del hotel Eurobuilding, en Madrid. Allí, el extécnico del Villarreal recordó que ha pasado “momentos muy duros”, tanto ahora como en mayo, los días anteriores y posteriores al partido en Gijón, pero se reafirma en su compromiso indudable con el fair play. “No tengo nada que reprocharme en mi manera de actuar. Bueno, sí, unas declaraciones, pero nunca falta de profesionalidad”.

“NO SOY UN ASESINO” // De esta forma Marcelino daba carpetazo definitivo al malentendido con su expresidente. La tensión con Raúl Martín Presa y Javier Tebas, sin embargo, sigue latente. “El señor Martín Presa me ha insultado y me ha ofendido y le requiero públicamente para que se retracte por la comparación entre mi persona y el piloto de Lufthansa. Ni estoy loco, ni soy un asesino; mi profesión es ser entrenador de fútbol, honrado y profesional”, dijo Marcelino sobre las desafortunadas declaraciones del presidente del Rayo Vallecano, al que amenaza con tomar medidas legales si no se desdice públicamente de sus manifestaciones.

El presidente de LaLiga es el segundo gran enemigo de Marcelino en esta polémica. “Él y su entorno --en alusión al mensaje de la esposa de Marcelino “nos vamos con el trabajo hecho”, por el que el asturiano volvió a disculparse-- tuvieron una conducta éticamente reprobable y cuestionable. Debe haber una investigación porque la competición no puede perder su integridad”, insistió Javier Tebas aprovechando un acto promocional de LaLiga. Marcelino le respondió con firmeza: “No escondo nada ni he hecho nada para adulterar la competición”.

COLABORACIÓN CON LALIGA // El expreparador del Submarino argumentó sus razones para preparar el final de la pasada campaña de la forma en la que lo hizo, cuando el Villarreal viajó a Gijón ya sin objetivos deportivos tras asegurarse la cuarta plaza, e incluso se prestó a ayudar en la investigación ordenada por Tebas. “Estoy aquí para lo que precisen”, lanzó el asturiano al presidente de LaLiga, dispuesto a demostrar que no regaló los tres últimos puntos al Sporting, como tampoco lo hizo con el Getafe y el Rayo Vallecano, los equipos descendidos y que también ganaron en su campo a un Villarreal con las rotaciones en su máximo esplendor. Como en el Molinón. H