Roberto Bautista (31 años) se levantará de la cama este sábado dispuesto a seguir dando guerra en el Masters 1.000 de Montreal o, en el peor de los casos, con las maletas hechas y algunos días libres por delante para saborear y disfrutar de una semana que quedará grabada en su trayectoria profesional. Todo habrá dependido de las sensaciones que esta pasada madrugada haya tenido ante el francés Gaël Monfils —actual número 20 del tenis mundial—, contra el que Rober se cruzaba buscando las semifinales del torneo canadiense en un choque que habrá robado horas de sueño a los fans del castellonense, que incluso aspiraba a ser top ten mundial, para lo que a su triunfo ante Monfils debía sumar el de Rafa Nadal —rival en unas hipotéticas semifinales— frente al italiano Fognini.

Haya pasado lo que haya pasado, lo que nadie le podía arrebatar ya a Bautista era despedirse de Montreal con su mejor clasificación ATP de su carrera, un techo que hasta ahora estaba en la 13ª plaza. La mejor raqueta provincial de todos los tiempos ya se aseguró tras ganar el billete a cuartos finalizar, como mínimo, la semana en la 11ª posición. El mejor Bautista de la historia, como el propio tenista reconoce. «Está siendo mi mejor año», reconoce el castellonense, especialmente satisfecho por su altísimo rendimiento semanas atrás en Wimbledon, donde jugó sus primeras semifinales en el torneo del Grand Slam.

Sólido ante Gasquet

Ayer, Roberto Bautista dejó constancia de su madurez y solidez ante el veterano Richard Gasquet (33 años), curtido en mil batallas y en el inicio de su carrera llamado a pelear por el trono de los Nadal, Federer o Djokovic, aunque nunca llegó a cumplir las expectativas depositadas en él por la afición francesa. Fue un examen más para poner a prueba la fortaleza mental de Rober, que supo rehacerse de un inicio de partido con una rotura de servicio en contra. La remontada la culminó en el 12º juego del primer set con un 7-5, tanteo que repetiría en el segundo, no sin antes desperdiciar tres bolas de partido cuando mandaba 5-4.

Ese triunfo le permitía subir un peldaño más en una carrera profesional que comenzó en el 2004, con solo 16 años, y que no empezó a ver resultados espectaculares hasta el 2014. A partir de ese momento la presencia de Bautista entre los mejores del tenis mundial ha sido una constante.

La regularidad

«Son seis años entre los 25 primeros del mundo, algo que habla muy bien de mí y de mi tenis», decía recientemente el castellonense, poseedor de nueve títulos, el primero hace poco más de cinco años sobre la hierba de Hertogenbosch y el último, el pasado enero, sobre la pista sintética de Doha, muestra de la polivalencia que se ha ido ganando a pulso a lo largo de los años el castellonense, que siempre se ha resistido a encasillarse como jugador de tierra, la superficie sobre la que, como cientos de chavales castellonenses que sueñan con llegar a su altura, dio sus primeros raquetazos.