No es un 10 en nada, pero es un 6 en todo... y a veces como en el Calderón es capaz de sacar un sobresaliente alto. Antonio Rukavina es el prototipo de profesional que todo entrenador quiere tener a sus órdenes. Entrena siempre a tope, es un ejemplo de disciplina, genera buen ambiente y siempre cumple en cualquier posición que se le encomiende. Concluye contrato en junio, pero el Villarreal ya planifica su renovación por una o dos temporadas más. En la apretada agenda de Fernando Roig Negueroles figura su nombre como una de las prioridades inmediatas cara al futuro del Villarreal.

El rendimiento y el comportamiento del serbio ha sido intachable, refrendando los excelentes informes de su etapa en el Real Valladolid. No es titular, pero es un suplente que siempre garantiza rendimiento máximo. En el Villarreal ha jugado de lateral derecho e izquierdo y también de interior, ofreciendo buenas prestaciones siempre. La temporada pasada disputó 15 partidos de Liga, 7 de Copa y 4 en competiciones europeas. Su participación en la actual campaña no ha sido muy extensa y se ha reducido a 4 encuentros del torneo doméstico, 3 en la Copa y 6 en la Europa League. Pese a ello, el domingo contra el Atlético fue uno de los mejores del Villarreal, rindiendo a gran altura tanto en labores defensivas como en ataque, faceta en la que fue uno de los jugadores más peligrosos.

La lesión de Jonathan dos Santos puede ser su gran oportunidad para disfrutar del protagonismo que Súper Mario le quita y todo apunta a que forme parte del once titular en Nápoles. El Villarreal quiere seguir contando con este comodín de lujo y renovar su relación contractual. Rukavina es la versión de las tres B en fútbol: bueno, bonito y barato. El 22 continuará de amarillo. H