Ganadora del Abierto de Australia el año pasado, su 23º Grand Slam, ya embarazada de ocho semanas de su pequeña hija Alexia Olympia, nacida el pasado 1 de septiembre, Serena Williams vuelve al circuito para defender su título en Melbourne y dispuesta a recuperar el número 1 mundial perdido durante su ausencia de las pistas desde el pasado mes de abril.

La exhibición de Mubadala en Abu Dabi es el escenario elegido por la tenista estadounidense para su retorno. "Estoy ansiosa ante mi regreso en Abu Dabi", declaró Serena Williams, actualmente número 22 mundial, su peor clasificación desde el año 2006, cuando acabó la número 98 después de sufrir una misteriosa enfermedad pulmonar, grave consecuencia del corte que se hizo en el pie al salir de un restaurante en Hannover. "Llegué a estar en el lecho de la muerte", admitió en esa época.

Desde ese momento, Serena Williams se tomó la vida "con una nueva perspectiva y sin dar nada por sentado". Su retorno un año después a las pistas también se produjo en Australia y, aunque ganó el título, no volvió a ser número 1 hasta el 2014.

Como madre

Ahora su regreso como madre la hace mucho más feliz. Serena debutará el sábado ante la letona Jelena Ostapenko, última campeona de Roland Garros en una exhibición, la primera femenina en Abu Dabi, que será una buena prueba para comprobar el momento de juego y las sensaciones en la pista ante una de las rivales que le esperan en un renovado circuito donde, aprovechando su ausencia, la española Garbiñe Muguruza se ha quedado su última corona de Wimbledon (ganó la final a su hermana Venus) y la rumana Simona Halep, ese número 1 en el que la tenista estadounidense ha ostentado durante 319 semanas a lo largo de su carrera deportiva.

"Estoy encantada de volver", declaró la tenista estadounidense, que va a seguir los pasos de otras jugadoras que abandonaron las pistas para ser mamás y que a su regreso consiguieron recuperar el máximo nivel, como las australianas Margaret Smith Court, Evonne Goolagong Cawley, su compatriota Lindsay Davenport, la belga Kim Clijsters y, más recientemente, la bielorrusa Victoria Azarenka, a la que se encontrará esta temporada en el circuito si consigue ganar la batalla legal con su expareja por la custodia de su hijo Leo.

El año pasado, Azarenka, que reapareció en Mallorca, finalmente tuvo que renunciar a ir a Wimbledon por problemas con la custodia de su hijo Leo, que este año ya le han hecho renunciar a jugar en Auckland, dentro de dos semanas.

La duda del regreso

Serena Williams, casada con Alexis Ohanian el pasado 16 de noviembre tras tener a su hija, no tendrá los problemas personales de Azarenka que además, a su regreso, se quejó de la falta de atención con las tenistas madres, en comparación con el circuito masculino, mejor adaptado.

Deportivamente, la gran duda del retorno de la exnúmero 1 mundial, de 36 años, no será la falta de jardines de infancia en el circuito. "Serena puede volver a competir al máximo nivel. La incógnita es saber si, tras ser madre, ha podido prepararse físicamente para llegar a tiempo al Abierto de Australia", valora Xavi Budó, exentrenador de Carla Suárez.