Pese a contar con 24 años y pasar por las canteras del Barcelona y Murcia, Manu Trigueros está como en casa en Villarreal. La sangre fría que traslada con el balón en los pies es la que tiene también a la hora de analizar el momento del equipo y pese al atípico inicio de temporada, pide calma y confianza en un equipo que apunta muy alto: “Hemos pasado por el bache que nadie quería después de quedarnos a las puertas de la Champions, pero en Liga hemos merecido ganar los dos partidos. Tenemos oportunidades y trabajamos bien”.

El talentoso centrocampista destaca también “las nuevas ideas” introducidas por Fran Escribá desde su llegada: “Es un entrenador cercano, que quiere que tengamos más el balón”. Pese a los cambios que pretende trasladar el nuevo técnico, hay cosas que según Trigueros permanecerán inalterables: “Defensivamente se podrá comprobar que el equipo trabajará de forma similar a la de Marcelino. Se verá un equipo muy bien organizado”.

Otra de las premisas en las que coinciden tanto entrenador como jugador es en la de amarrar la máxima cifra de puntos posible como local: “El Madrigal tiene que seguir siendo un fortín. El año pasado conseguimos grandes resultados hasta con los grandes y debemos intentar mantenernos en esa misma línea”.

OBJETIVO LA ROSALEDA // Sin embargo, el próximo compromiso del Submarino es lejos de su feudo, concretamente en Málaga, donde el mediocentro está convencido de volver con los tres puntos: “Saldremos a por la victoria y conseguiremos la victoria”.

Especialmente dura será la batalla por la titularidad en el eje de la medular. A la presencia de hombres como el propio Manu, Bruno y Jonathan se suman ahora los nombres de N’Diaye y Rodri. Al canterano, a estas alturas, nol le asusta nada: “La competencia será muy dura, pero eso hace que el equipo aumente su nivel”.

Preguntándole por sus metas a nivel personal, Trigueros respondía en la presentación de su nueva peña lo siguiente: “Quiero seguir creciendo en mi casa, que es el Villarreal. Creo que he empezado el año a un buen nivel, pero hay que seguir trabajando duro”.

Por último, se le cuestionó si se ponía más nervioso en un examen o en un partido... “Es distinto”, afirmaba. Viendo los nervios de acero que tiene con un balón en los pies, habrá que verle ante un examen. Por duro que sea. H