Tomás Pina ya es historia en el Villarreal. Una rentable historia. El centrocampista acordó ayer con el Club Brujas un nuevo contrato para las próximas cuatro temporadas, una decisión que le reportará a la entidad amarilla unos beneficios que se podrían ir por encima de los cuatro millones de euros si se cumplen ciertas variables deportivas incluidas en la operación de traspaso al último campeón belga, como número de partidos y, sobre todo, los títulos en los que el manchego sea partícipe a partir de la próxima temporada 2016-2017.

El acuerdo entre las tres partes --Pina, Villarreal y Brujas-- ya era una evidencia antes del fin de semana, aunque faltaban esas pequeñas diferencias que ayer se acabaron de limar y que convierten la operación de venta del centrocampista en una muy buena gestión del Villarreal. Por una parte obtiene un ingreso importante por el jugador después de tres temporadas de servicios, y, por otra, ingresa una cantidad que, de momento, le servirá para cuadrar los números de los fichajes en cartera, el más adelantado el del bético Alfred N’Diaye, al que Marcelino espera para iniciar la pretemporada, el próximo lunes en la Ciudad Deportiva.

La de Pina es la cuarta salida confirmada de jugadores amarillos con contrato en vigor, después de las de Eric Bailly (Manchester United), Samuel García (Rubin Kazán) y Denis Suárez (Barcelona). Al jugador manchego le restaban todavía dos campañas de contrato con el Submarino.

El club que preside Fernando Roig se despidió del que ha sido su futbolista en las tres últimas campañas agradeciendo “su implicación, entrega y profesionalidad demostrada”, además de desearle “la mayor de las suertes en su nueva etapa deportiva”. Jokic o Pantic son otros que tienen abierta la puerta de salida del Villarreal, ya que no cuentan para la próxima campaña. H