Esta semana ha sido una semana llena de emociones, llena de encuentros, cargada de recuerdos, de sentimientos y de tradición. Para mí lo ha sido, sin duda.

La pasada semana asistí, como cada año, a la cabalgata de el Pregó en Castellón donde la mitología e historia de la ciudad se dan la mano, donde los pueblos de la provincia desfilan hermanos y con la que arrancan los actos de los festejos de la capital de la Plana.

Un año más, Peñíscola acudía a la cita con su tradición gracias a la representación de les danses, en uno de los momentos que --sin duda-- para las peñiscolanas y peñiscolanos son motivo de orgullo infinito, porque al son del «traninaniná» no solo bailan las faldas azul celeste y las cintas multicolor, sino también nuestra emoción y recuerdo, nuestra devoción por nuestra patrona, la Virgen de Ermitana, a quien cada septiembre honramos con ellas.

Todos los bailes tradicionales son bellos, pero a cada uno nos toca el corazoncito el nuestro, y yo cada vez que les veo en el desfile, no puedo evitar pensar que son el grupo más especial.

En la primera parte de la cabalgata, la historia y mitología de Castellón visten la calle y, como la historia de nuestra ciudad es la historia de nuestra provincia y viceversa, el papa Benedicto XIII, nuestro Papa Luna, aparece como coprotagonista de un desfile de grandes.

Nuestra reina y corte de honor llevaron nuestro nombre con orgullo y emoción en los distintos actos protocolarios y en los días de fiesta, Peñíscola ha aprovechado la ocasión para enamorar a los castellonenses con su gastronomía.

Ayer, de la mano del Club de Producto Peñíscola Gastronómica y en colaboración con la Colla del Rey Barbut, protagonizaba un showcooking en la plaza de las Aulas, con el objetivo de presentar su gastronomía de cine.

Con la degustación de varias tapas, los chefs peñiscolanos sorprendieron a los numerosos curiosos que se dieron cita en el centro de Castellón. Más de 500 raciones repartidas daban buena cuenta del saber hacer de los restauradores de la ciudad pontificia, que en esta ocasión aprovechaba la cita para presentar tres creaciones en forma de tapa inspiradas en una de las ficciones televisivas rodadas en la localidad. El Chiringuito de Pepe, la exitosa serie que rodó sus exteriores en la Ciudad en el Mar, ha dejado su huella en estos platos de marcado carácter Mediterráneo y que recuperan la tradición culinaria combinándola con la vanguardia. Guiso de sepia con alcachofas y bocados con langostino han sido las propuestas que han conquistado los paladares castellonenses en plenas fiestas de la Magdalena. Un orgullo.

*Presidente PP de Peñíscola