Culpable. Ese es el veredicto que dictó ayer miércoles en la Audiencia Provincial de Castellón el jurado popular contra el ciudadano de nacionalidad china que regentaba una cafetería en Benicàssim y que degolló a un cliente sin mediar palabra en la terraza del local, acusado de un delito de asesinato, aunque se le absuelve de la responsabilidad criminal por la eximente completa de «enajenación mental» .

La portavoz del jurado, Elena Salvador, hizo lectura pública del fallo y ahora el magistrado dictará sentencia, que «presumiblemente será el ingreso del encausado en un centro psiquiátrico por espacio máximo de 22 años», tal y como reclamaban el fiscal y al que se suma la acusación particular, como señaló a este rotativo el representante legal de la misma, Miguel Traver.

Mientras, la defensa sigue en su empeño de acusarlo de un delito de homicidio y pide 10 años de ingreso en un centro psiquiátrico, declaró la abogada defensora del procesado, Naiara Tomás, tras la lectura del veredicto.

Un jurado popular que pudo visionar las supuestas imágenes del crimen captadas por una cámara urbana en la primera jornada del proceso, en lo que fue la primigenia prueba aportada por el ministerio público, tras negarse a declarar el encausado, pese a la recomendaciones de su abogada en el sentido contrario.

TESTIMONIO DE LA HIJA // El jurado popular escuchó en el segundo día de la vista el testimonio de la hija del procesado. Explicó que su padre sufría una «depresión» hacía dos años por la muerte de un hermano. Asimismo, relató que «no soportaba unos implantes dentales defectuosos que le había puesto el odontólogo».

También declararon cuatro policías locales y guardias civiles que acudieron al lugar de los hechos tras ser avisados: «Nos llamaron porque había una persona en el suelo con lesiones y nos encontramos con un hombre desangrándose en una silla, decapitado, con la tráquea seccionada y además con los espasmos en su cuerpo de la muerte inmediata».

Por su parte, los forenses llamados a testificar relataron que el asesino «sufre un trastorno mental bipolar, por el que ya había estado internado en su país de origen y en Barcelona, donde vivió un tiempo». Indicaron, asimismo, que si no recordaba la agresión era «por haber sufrido un cortocircuito mental, acompañado de voces que le daban las ordenes para ejecutar el crimen» el 8 de julio del 2017.