El Fandos es un bar de almuerzos, pero de almuerzos de los de antes. Florituras y parafernalia, ni una. De hecho es habitual ver a collidors de naranja y trabajadores de fábricas de la zona llegar al bar con un bocadillo de casa que acompañan con una ensalada, una bebida y un carajillo preparados por Luis Fandos, propietario actual de un negocio familiar con mucha historia.

El bar ubicado en La Vilavella cuenta, según el propio Luis, “con dos empleados y medio”, entre los que se incluye el propio dueño, que hace las veces de cocinero, camarero y “lo que faça falta”. Teniendo en cuenta por tanto que la plantilla de trabajadores no es la más amplia, ni el pueblo de Castellón en el que se sitúa el más populoso de la provincia, con poco más de 3.000 habitantes, ¿cómo se come que sea uno de los bares más votados por los lectores de Mediterráneo en una reciente encuesta? “Pues se come por la buena comida, que preparamos como hacía mi madre, y porque quien viene aquí ya sabe a lo que viene”. ¿Y a qué va el cliente al Fandos?

‘Esmorzars de tota la vida’

Los amantes del carajillo que acudan al Fandos están de enhorabuena, pues su ‘cremaet’ fue elegido hace cuatro años como el mejor entre un total de 170 bares. “Aquí hacemos mucho el de coñac, que es un poco menos dulce que el de ron, pero para mí gusto mejor porque tiene más cuerpo y es más agresivo en boca”, asegura Luis, que cada día realiza “unos 100 carajillos, cafetería aparte. Todas las mañanas dejamos listos ya unos 70”. Paradójicamente, lo que no está tan demandado es el zumo de naranja. “Si nos piden un zumo lo hacemos, pero los que vienen están hasta los huevos ya de tanta naranja”, bromea el dueño del bar, al tiempo que añade: “La que tenemos en esta zona es la mejor del mundo”. 

Vídeo: Así se prepara el rabo de toro en el bar Fandos de Vilavella.

Vídeo: Así se prepara el rabo de toro en el bar Fandos de Vilavella.

Dejando a un lado zumos y cafés, nos centramos en la comida, donde destaca su extensa barra repleta de apetitosas opciones. “Tenemos un expositor lleno de cazuelas. Las más solicitadas son las manitas de cerdo, el rabo de toro, el all i pebre, el bacalao rebozado con pimiento y huevo frito, las codornices en escabeche, las mollejas de pollo reducidas de cerveza, los chipirones encebollados y el solomillo Fandos, que viene con una salsa de distintos quesos que también piden mucho”, descubre Luis, que heredó la buena mano en la cocina de su madre, Encarna.

De Luis, su padre, se puede decir que heredó su iniciativa: “Era transportista, pero hace casi 30 años se cansó del camión y abrió este bar con mi madre, que entonces era ama de casa”. Curiosamente, cuando sus padres se apartaron del negocio cogió las riendas del mismo el hermano de Luis, Carlos, que recorrió el camino inverso de su progenitor, pues “ahora es camionero. Se aburrió del bar”. 

Esta es la fachada del Fandos, uno de los bares preferidos por los collidors de la naranja y por los lectores de Mediterráneo.

Los almuerzos en Castellón están estrechamente relacionados con el bocadillo. En Fandos haberlos, haylos. Y buenos, “pero es más habitual que pidan plato que bocadillo. El que más sale quizá sea el guarro, que lleva un poco de todo: lomo, queso, bacon, dos huevos fritos, pimiento verde, tomate y ajoaceite. También hacemos muchas tortilas; la de patata no falta y después según temporada de espárragos, berenjena, cebolla, calabacín, ajos tiernos…”. ¿Y de postres? “De postres, nada, algún heladito para los niños y poco más; pero de aquí no se va nadie con hambre”, bromea Luis.

Horarios y precios del Fandos

El popular bar de 'esmorzars' abre de lunes a sábado desde las 6.00 hasta las 16.00 horas. En época estival solo abre para cafés a primera hora y sobre las 9.00 comienza a servir almuerzos, que siguen hasta que cierra, pero en el resto del año también hay menú del día para comer. La hora punta en el Fandos son las 11.30, cuando pese al importante aforo -90 comensales en interior y 35 en terraza-, puede llegar a colgar el ‘no hay billetes’ sobre todo los fines de semana.

Imagen con algunos de los platos que nos podemos encontrar a diario en los famosos almuerzos del bar.

En cuanto a los precios, la mesa asciende a 3,5 euros. Para quien no esté acostumbrado al término, diremos que se incluye en la mesa una pequeña ensalada con tomate, cebolla y olivas; unos cacaus de collaret con sal; una bebida y carajillo o café. Esta alternativa es la elegida por los trabajadores que acuden con el bocadillo preparado de casa. En caso de pedir también el bocadillo el precio ya asciende a 6,50 o 7,50 si se elige el guarro o algunos de los contundentes. Si el almuerzo incluye algunos de los platos de cazuela el almuerzo ya oscilaría entre los 7,50 ó 9 euros: “La gente no es tonta y sabe lo que cuestan las cosas. Si pides un all i pebre no es lo mismo que una tortilla de patata porque solo el kilo de anguila ya me cuesta más de 20 euros”. 

Los precios, como vemos, son más que ajustados, a lo que Luis responde lo siguiente con un sentido del humor que no pierde en ningún momento pese a los habituales ‘madrugones’: “Vamos todos apretados y no quiero hacerme rico en dos días. Aquí somos todos currantes, los que vienen al bar y los del bar”.

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