Navidad es sinónimo de celebración. Sea con familia o con amigos, sea comida o cena, lo cierto es que proliferan las reuniones en torno a una mesa. Si vas a ser anfitriona o anfitrión de una de estas citas Julia Gijón y Vanessa Suárez, las ‘Marie Kondo’ de Castellón, que llevan ya varios años con su empresa Organizando Asesoría del Orden ordenando casas a domicilio tanto de forma presencial como telemática, te ofrecen una serie de consejos que pueden ayudarte desde el primer hasta el último momento sin olvidar que el verdadero significado de las fiestas es el de disfrutar pasando tiempo con tus seres queridos, no el de realizar una exhibición gastronómica.

Evita las prisas de última hora

Procura tener la lista de invitados con mucha anticipación y asegúrate de preparar un menú que pueda gustar a todos. Así podrás empezar con los preparativos de lo que vas a necesitar con la suficiente antelación. Es probable que tengas alguna sorpresa a última hora (¡como cuando tu sobrina aparece con su nuevo novio!), pero no será un problema porque seguro que habiendo planificado bien estarás preparada/o para cualquier imprevisto.  

Evita la improvisación y ve a lo seguro

La comida de Navidad no es el momento de probar una receta nueva (ni ese día, ni algún día que vayas a tener invitados y quieras que salga todo perfecto), así que deja las recetas desconocidas y complicadas para otro día. Si te ciñes a platos simples y clásicos, que ya sabes cómo preparar y que ya has preparado varias veces aumentará tu confianza y estarás más tranquila/o cocinando. Incluso puedes preparar anteriormente alguna de ellas para tenerla fresca en la mente.

Mira bien la nevera antes de hacer la compra

Antes de ir a la tienda con la lista de la compra de los ingredientes para la comida de Navidad, asegúrate de que haya espacio en el frigorífico. Deshazte de las sobras que quedan (esos poquitos que guardamos en tuppers hay que comérselos ya), las bebidas sin abrir que no vayas a utilizar, las botellas de condimentos casi vacías y otros artículos voluminosos sácalos del frigorífico esos días para hacer espacio. Esto es especialmente importante si planeas preparar aperitivos, guarniciones o postres en los días previos a Navidad, debes tener espacio suficiente para guardarlos y mantenerlos refrigerados. 

Antes de llenar el refrigerador recuerda que hay que hacer hueco.

Busca colaboración

Cuando planifiques el menú piensa qué puedes comprar que ya esté preparado y te facilite la tarea. Puedes encargar unos aperitivos para antes de la comida si crees que no te va a dar tiempo de prepararlos. Busca un lugar para encargar o comprar platos elaborados de confianza que estés convencido de que dejarán satisfechos a tus invitados y así te quitas un peso de encima.

Complicaciones, las justas

Para conseguir que tu comida de Navidad sea un éxito elige un menú sencillo. Hay menos margen de error. Un plato principal, dos o tres acompañamientos y un postre es una fiesta navideña perfectamente aceptable. ¡Cuanto menos te compliques la vida, mejor! Si alguno de tus invitados/as es un quisquilloso/a o tiene restricciones dietéticas haz lo posible por complacerles pero si de algo no comen no pasa nada. Nadie espera que hagas tres versiones diferentes del mismo relleno y seguro que habrá suficiente comida, no se quedará nadie con hambre.

Por regla general en las celebraciones navideñas es más habitual que sobre comida a que falte.

Probar el alcohol mientras cocinas

Toma una copita de vino antes de la comida si te apetece, pero no te excedas. El alcohol te da la ilusión de sentirte más relajado/a, pero en realidad, te está nublando la atención. Beber mientras cocinas incrementa la probabilidad de que cometas errores importantes, como que se te queme el asado por ejemplo o cualquier otro accidente.

No tienes por qué hacerlo todo tú

Si puedes conseguir ayuda a la hora de ir a la compra, preparar la mesa, secar los platos, pelar las patatas o con cualquier otra tarea… ¡hazlo! Pide ayuda. Aunque más que pedir ayuda es delegar tareas. Recuerda que no estás sola/o y seguro que hasta los niños/as estarán encantados de ayudar. La mayoría de los invitados/as se ofrecen a echar una mano de todos modos, así que no te apresures a rechazarlos. 

Encargarse de todos los detalles de una comida o cena puede ser una locura. No olvides delegar si no das abasto.