En estos últimos años, al llegar el final de año, en Barcelona ha surgido una discusión sobre la iluminación pública navideña. Que si la tradicional se había quedado anticuada y pobre. Que si el Ayuntamiento tenía que proponer un diseño innovador. Además de la estética, se planteaba también el problema del consumo de energía. (Si no me equivoco, el ayuntamiento paga el consumo de luz, mientras que los comerciantes pagan los ornamentos). Por lo que he visto este año, no se ha encontrado ninguna solución que sea definitiva.

En París, sí. Vengo de París y el alumbrado público en Navidad no es ningún problema. Porque no existe. Probablemente a algunos les sorprenderá que no se instalen iluminaciones (navideñas) en las calles. ¿Esto significa que no se nota la proximidad de la Navidad? Sí se nota. Pero son los establecimientos los que lo hacen saber. Desde los centenares de metros cuadrados de fachadas --dos calles-- con una densa y vistosa iluminación de las galerías Lafayette, por ejemplo, hasta los miles y miles de tiendas que han puesto en los escaparates algunos elementos festivos y en tantos establecimientos que, en la entrada, tienen árboles de Navidad con bombillas encendidas.

El sistema general de iluminación navideña, pues, tiene su origen en la propia iniciativa privada. No hay hilos que crucen las calles, con colgantes y figuras que de día son más bien feas. La perspectiva aérea de las calles es limpia, y los puntos luminosos se suceden a lo largo de la calle, a nivel de la mirada, y alegran de una forma sugestiva y discreta el paseo sosegado por la grisura de París. Es un espectáculo de buen gusto, porque no hay ningún establecimiento que quiera hacerse notar por alguna excentricidad propia. Hay como un acuerdo implícito sobre el peligro que supone para la elegancia urbana la acumulación de originalidades. La fiesta no es ninguna excusa para el desorden.

Había estado en París en primavera, en verano y en otoño. Es la primera vez que he estado en invierno. Con una temperatura muy baja y una envidia, por lo dicho, muy alta.