El resultado de las elecciones generales en la provincia de Castellón está cantado. Tres diputados para el PP y dos para el PSOE, tres senadores populares y uno socialista . Y lo saben sus estrategas, porque ni Zapatero, ni Rajoy, vendrán a Castellón a hacer campaña. El último mitin de un presidenciable lo dio Aznar en la plaza de toros de Castellón a principios de los 90 cuando estaba en la oposición. Desde entonces, nada de nada, porque Castellón no está entre las circunscripciones donde puede haber baile de parlamentarios en favor o en detrimento de uno u otro. El PSOE no barrunta aires de cambio y se resigna a quedarse como está. Lo mismo, en el PP, pero con semblante diferente. No hace falta que venga Rajoy porque el colchón de votos es más que suficiente para mantener sus escaños. Carlos Fabra ya puede sumar otra victoria en su palmarés. A ver quien, hasta dentro de su partido, le sopla a la cara.

Solo nos queda ver los dos grandes debates televisivos entre Zapatero y Rajoy. Mientras, los dos candidatos, Juan Costa y Jordi Sevilla, cumplirán el trámite. Eso sí, ambos dirán que habrán ganado el 9 de marzo si se cumple el escenario demoscópico. El primero, porque obtendrá más votos y el segundo, porque si su partido gana en España, dirá que ha contribuido a ello aunque no haya aportado ni un solo diputado más. Pero el análisis más importante será saber si Sevilla (Zapatero) saca más votos que Calles en Castellón ciudad o si Costa (Rajoy) logra una mayoría más amplia que Alberto Fabra. Lo mismo en otros municipios. La lectura interna sí será interesante por las consecuencias domésticas en ambos partidos.

Periodista