LA RUEDA

Esperanza

Henri Bouché

Henri Bouché

Llevamos un tiempo en el que las elecciones españolas parecen haber interrumpido el tiempo o, al menos, suspendida temporalmente su marcha, aunque con mayor intensidad para unos que para otros. A los extranjeros, a quienes se les ha ofrecido la doble nacionalidad, parece importarles más el futuro que el presente. Algunos piensan --como nos decía una extranjera--, en el destino de sus restos mortales, el retorno a su país de origen. Sorprendente, pero cierto. Es, tal vez, dicen, una vuelta a sus raíces. «Hay gente p’atoo», hubiera dicho El Gallo.

Para todos, no obstante, para los que han perdido y para los que han ganado --en distinta proporción--, les ha quedado en el fondo de la caja de Pandora la esperanza, aquello que quedó solo en la célebre caja (yo creo que más que una caja sería un ánfora). Todos los males, como se sabe, huyeron despavoridos en busca de la libertad e inundaron el mundo. Y el resto ya lo sabe el lector. Miseria. Tal vez como diría Fukuyama en otro contexto, «el fin de la historia», aunque siga.

Fe increíble

No obstante, para el resto de españolitos nos queda la esperanza, que, para simplificar, dice algún autor clásico, es el sueño del hombre despierto o también la hermana del sueño y de la muerte, pero sin la cual sería muy difícil vivir: spero contra spem, espero contra toda esperanza. Es semejante, aunque no totalmente, a la fe de Abraham, una fe increíble en un futuro mejor.

Hoy, en cambio, hay varios que «se alimentan de vanas esperanzas, lisonjeándose con poco o ningún fundamento de obtener aquello que se pretende, vivir de sueños dorados. Vivir de esperanzas. Pero, sin fe», dicen los teólogos es imposible agradar a Dios.

La esperanza no es solo --que, también-- una cuestión que atañe a la cuestión teológica, sino también a la educación. Véase la obra ingente de Freire, con quien conversé en Brasil, quien construyó un verdadero tratado de la esperanza aplicado a la Educación.

Este momento que acabamos de vivir en nuestro país en torno a las elecciones, ha despertado el espíritu de esperanza de quienes en uno u otro lado están ahora pendientes del resultado que aportarán en julio el resultado definitivo. Suerte para todos aunque así sea de difícil vaticinar.

Profesor

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