Opinión | BABOR Y ESTRIBOR

Illa y Tarradellas

Conocí a Carlos Sentís en una recepción del Rey en el Palacio Real. Ya tenía 90 años, pero la mente seguía lúcida. En calidad de corresponsal de guerra, Sentís acompañó a Leclerc en la epopeya africana de la Francia libre y fue el único periodista español acreditado en el juicio de Núremberg. Durante la Transición ocupó escaño en el Congreso por UCD y en 1977 tuvo decisivo papel en el regreso de Josep Tarradellas y el restablecimiento de la Generalitat de Cataluña, por lo que fue nombrado conseller sin cartera. Aquellos instantes de deliciosa conversación han venido al recuerdo tras ver atónito cómo Salvador Illa, desde la estrategia electoralista, recupera la figura de Tarradellas. Un desconocido que logró pasar al mito popular con aquel: «Ja soc aquí!». Dudo que Illa haya leído el libro del profesor catalán Jesús Conte Tarradellas, testigo de España, a no ser que le dé igual y sólo quiera exprimir el punto demagogo del personaje. Item más, el bueno de Illa, rictus y ademanes cual seminarista de antaño, confiesa en La Vanguardia que reza a diario.

Ficha a Trapero

El miércoles anunció el fichaje de Trapero, controvertido exmayor de los Mossos d’Escuadra, en su día icono del independentismo hasta confesar en la Audiencia Nacional que tenía preparado un plan para detener a Puigdemont y sus consellers, de habérselo ordenado el Gobierno. Ahora Illa quiere al sheriff Trapero. Sanchismo en estado puro. Igual el «ja soc aquí!» lo entona Puigdemont, mientras Illa dobla la cerviz complaciendo el interés personal de Sánchez, su ventrílocuo.

Periodista y escritor