Los últimos acontecimientos en Ceuta, donde el 6 de febrero murieron 15 subsaharianos cuando intentaban llegar a nado a España, han generado una crisis política, forzado una investigación judicial y seguramente obligue a variar los procedimientos se aplican en las fronteras españolas con Marruecos. La Guardia Civil espera que el Ministerio del Interior dé instrucciones de cómo hay que actuar a partir de ahora cuando un inmigrante irregular pisa suelo español.

Hasta ahora, los agentes estaban autorizados a retener al inmigrante y entregarlo inmediatamente a las autoridades marroquís del otro lado de la frontera, sin que mediara trámite alguno. Tal como llegaban, se devolvían. Eso es lo que ocurrió el 6 de febrero en Ceuta. La Guardia Civil obligó a entrar nuevamente en Marruecos a los 23 hombres que acababan de llegar exhaustos y a nado a la playa del Tarajal.

EL LAPSUS DEL MINISTRO // Anoche el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se refirió a la tragedia y el subconsciente le jugó una mala pasada. “Han muerto 15 personas en Ceuta, perdón, formalmente ha sido en Marruecos, pero buscaban una vida mejor”. Y añadió “decir que España es un país seguro puede resultar provocador después de lo sucedido en Ceuta pero es lo cierto”.

Sobre la devolución en caliente de los 23 que llegaron vivos a la playa, el ministro defendió en el Congreso la “legalidad” de un procedimiento que él mismo definió como una “interpretación de la Ley de Extranjería”.

Diferentes oenegés llevan años denunciando la “ilegalidad” de ese tipo de devoluciones. El viernes, la vicepresidenta, Soraya Saénz de Santamaría reconoció que había llegado el momento de estudiar si esos procedimientos de actuación en frontera siguen siendo los adecuados. Horas después la Unión Europa amenazó a España con sanciones si no se respetaba la legislación internacional en derechos humanos en materia de devolución en frontera. Por si fuera poco, un juez ha aceptado a trámite una querella contra el jefe de la Guardia Civil y el Delegado del Gobierno en Melilla precisamente por la devolución en caliente de 13 subsaharianos, a finales del año pasado.

CAMERÚN Y MALI // El ministerio del Interior se plantea terminar con una practica que se realiza desde el 2005, cuando los socialistas gobernaban. Y mientras llega una instrucción clara, a nadie extrañó que durante el salto masivo de subsaharianos en Melilla, la madrugada del pasado lunes, lograran entrar 150 hombres, en su mayoría de Camerún y Mali, y ninguno fuera detenido y entregado a los marroquís.

Un grupo de unos 250 hombres que no fueron detectados por los militares marroquís lograron llegar hasta el vallado en el que no se instalaron las nuevas concertinas, porque no era zona habitual de entrada. Cuando apareció el primer vehículo de la Guardia Civil los inmigrantes ya estaban en su mayoría en suelo melillense. Los inmigrantes se dividieron en grupos y corrieron hasta el CETI, donde destrozaron los tornos de entrada cuando los vigilantes intentaban poner orden. H