La Audiencia Provincial de Castellón no tiene dudas y cree que la menor de Benicarló que acusó a su padrastro de abusos sexuales continuados --desde que ella tenía 14 años-- cuenta la verdad, a pesar del insólito hecho de que su propia madre y esposa del ya condenado la tachara de «mentirosa» en el juicio y dijera que la niña sería capaz «de cualquier cosa por destruir su pareja».

El tribunal de la Sección Primera le impone al procesado diez años y un día de prisión, ocho de libertad vigilada y el pago de una indemnización de 10.000 euros a la víctima por daños morales, como refleja la sentencia a la que ha tenido acceso este diario.

Los magistrados señalan también la importancia de una de las pruebas aportadas por la acusación, una grabación de voz que la afectada pensó con antelación hacer a su padrastro, sospechando ya que su familia no la creería.

CONTUNDENTES GRABACIONES

«La conversación grabada, admitida por el acusado, no deja lugar a dudas que lo que dice la menor es verdad», señala la sentencia, incidiendo en que «el contexto en el que se dice, lo que se dice, las contestaciones del acusado y el tono, claramente se refieren a conductas sexuales». Y es que en la conversación, que la defensa intentó justificar como referente a la falta de colaboración de la niña en las tareas domésticas, se oye, textualmente: «te meto un puñetazo, te machaco, yo voy a la cárcel pero es que te mato como digas que te he obligado a algo». Para los magistrados, estas palabras no dejan lugar a dudas sobre el contenido.

La Audiencia da credibilidad también al testimonio de la niña por la persistencia en la incriminación y considera que las testificales de amigas y profesores, así como las periciales forenses avalan su testimonio.

La sentencia declara probado que el hombre aprovechaba los momentos a solas en casa con su hijastra para realizarle tocamientos y pedirle a ella que se los hiciera también. La chantajeaba con no dejarla salir con amigas para lograr sus propósitos sexuales.

La madre declaró en el juicio celebrado a mediados de enero que su hija quería irse, a toda costa, a vivir a Barcelona con su padre --hecho que según ella podría haber motivado la denuncia interpuesta contra su padrastro-- y la describió como una persona «que se inventa cosas». Sin embargo, la sentencia considera verosímil la acusación de abusos y cree que las mentiras contadas por la niña eran propias de su edad para poder salir con sus amigas --incluida la contada en referencia a un posible caso de bullying porque no estaba contenta en el centro--.

LA VERSIÓN DE ÉL

El condenado negó los tocamientos y chantajes. «Yo sería incapaz. No se me pasa ni por la cabeza», afirmó el hombre, quien inicidió en que la menor no obedecía y no aceptaba que la familia se hubiera mudado de Cataluña a Benicarló.

Ante la sentencia cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat (TSJCV).