CRIMEN EN ALMASSORA

El fiscal del crimen machista de Almassora: "Las pruebas son aplastantes, apelo a su conciencia"

Pide 24 años y medio de prisión por asesinato con la agravante de género, parentesco y la atenuante de confesión

CASTELLON. JUICIO CRIMEN MACHISTA ALMASSORA

CASTELLON. JUICIO CRIMEN MACHISTA ALMASSORA / MANOLO NEBOT ROCHERA

Carmen Tomás Armelles

Carmen Tomás Armelles

El fiscal del juicio por el asesinato de una mujer ocurrido en Almassora en 2020 cerró su intervención dirigiéndose al jurado popular: "Las pruebas son aplastantes. Apelo a su conciencia, a su responsabilidad". El ministerio público pide una pena de 24 años y medio de prisión por un delito de asesinato con la agravante de género, parentesco y la atenuante de confesión.

Asesinato

En su alegato final, el fiscal señaló que considera el caso como asesinato porque, a su juicio, concurre la alevosía y el ensañamiento. "Hay alevosía doméstica, porque los hechos ocurren en casa, estando el agresor y la víctima y sus dos hijos, de 7 y 10 años, en la noche de Fallas del 2020, en el confinamiento, con lo que nadie va a poder socorrer a la víctima, ya que estábamos encerrados en casa y con nadie por la calle.

Ensañamiento

Además, hay a su juicio ensañamiento, porque "le da puñetazos con tanta fuerza que se le rompe un dedo, debilita la defensa de Karina, luego intenta estrangularla y con el trapo en boca y nariz presiona e impide la respiración. Karina no puede reaccionar porque no tiene posibilidades de defensa", sostiene. "Le clavó el cuchillo de forma innecesaria. No es necesaria semejante salvajada", señaló, para añadir que "quería hacerle sufrir y que supiera que quién mandaba en casa era él y que ella era de él".

Agravante de género

También reclama la agravante de género, porque "todo esto lo hace porque no acepta la ruptura".

Añade que "sabía perfectamente lo que hacía; era perfectamente consciente y no tiene ningún problema mental", agrega.

Relato del fiscal

Según su relato de los hechos, "Karina por diversas circunstancias entiende que el matrimonio no va bien --como han contado su familia e incluso su vecina-- y en diversas ocasiones se había planteado separarse. En esta situación, llega el 14 de marzo y se declara el estado de alarma y decide esperar. El día 19 --día del Padre y del santo del acusado-- se produce una discusión en el salón de la casa, momento en el que el acusado comienza a dar puñetazos y a golpear a Karina hasta que ella cae al suelo, los niños se despiertan y se asoman. La coge la lleva del salón a la cocina. La víctima presenta lesiones en cabeza y cráneo y en el salón solo se encuentra una gota de sangre de Karina. En la cocina la golpea y realiza diversas maniobras de asfixia y sofocación. La aprieta contra el cuello y le coloca un trapo de cocina para intentar asfixiarla -y en el que se ha encontrado tejido genético de ella-. Con el cuchillo empieza a darle puñaladas, la última de ellas en el cuello; le pincha cinco veces alrededor de la mama, en una clara connotación sexual de destrozarle la mama y hacerla sufrir, le hace otro corte superficial otro en el abdomen. ¿Era necesario? ¿Qué pretendía? Que sufriera y que entendiera que era él quien mandaba. Al final decide rematarla con el corte en el cuello. Algunas de las heridas le han llegado al corazón", añade.

Atenuante de confesión

Después recoge a los niños, los monta en el coche, durante la noche; al día siguiente sobre las 8.00 -- 8.15 se va a casa de la cuñada, deja a los niños en la puerta y se va al cuartel de la Guardia Civil donde dice deténganme, he hecho una locura, he hecho mucho daño a mi mujer. Es por esto que el fiscal reconoce la atenuante de confesión.

Acusación particular

En este último aspecto es precisamente donde difieren fiscal y abogada de la acusación particular quien sostiene que "la atenuante se aplica cuando la aportación del acusado es relevante para la investigación y aquí no se ha producido. El acusado no declaró ante la policía ni en el juicio. Sabía que no tenía escapatoria. Se hubiera sabido que era él. Estaba todo confinado. Te podían parar en la carretera. Escapar en esta situación era complicado", concluye.

Defensa

Por su parte, el abogado defensor se mantuvo en pedir la libre absolución de su patrocinado: "Existen muchas dudas sobre la culpabilidad de mi defendido", señaló, planteando incluso la posibilidad de que entrara otra persona en el domicilio y matara a Karina: "En el informe de criminalística no se comprobó que hubiera material genético de otra persona", añadió, pidiendo que se aplique el principio in dubio pro reo. O, en su lugar, si hubiera delito que se apreciara como homicidio con la atenuante analógica de confesión.

Silencio

El acusado no quiso testificar, ni en la primera jornada, ni tampoco en su derecho a última palabra. Sí hubo un momento de tensión cuando en el receso previo a las conclusiones una mujer se alzó y gritó dirigiéndose a él: "Mírame a los ojos".

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