La Policía Nacional de Castellón ha detenido a tres personas de nacionalidad española en la operación llevada a cabo para desmantelar una plantación de marihuana en el interior de una vivienda del Grau, como avanzó Mediterráneo. Los arrestados por estos hechos tienen edades comprendidas entre los 36 y 40 años. 

De todos modos, según ha podido saber este periódico, la investigación sigue en marcha y no se descartan nuevas detenciones en el marco de esta operación antidroga llevada a cabo por la Policía el día festivo del 12 de octubre.

La incautación de 500 plantas se produjo en el número 30 de la calle Cabo de Machichaco. Fue en la segunda planta de un chalet unifamiliar ocupado ilegalmente por un grupo de personas donde los agentes se encontraron con el cultivo de marihuana. 

Los okupas llevaban residiendo en la vivienda, un chalet adosado de cuatro plantas y que hace chaflán con una zona peatonal a escasos metros del parque del Pinar, desde el pasado mes de junio.

Cultivo ilegal y okupación

Esta actuación policial vuelve a poner sobre la mesa dos temas controvertidos, como es el de las plantaciones de marihuana y la okupación de viviendas. 

Tal y como informó este periódico, los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado se incautaron de 13.790 plantas de cannabis en la provincia de Castellón durante un año, según la Estadística Anual sobre Drogas 2020 del Ministerio del Interior. Se trata de los datos por provincias más recientes, aunque esa cifra será ahora superior teniendo en cuenta que hacen referencia al año del estallido de la pandemia. Y es que las plantaciones de marihuana parecen ir en aumento en los últimos años, a pesar de ser una actividad totalmente ilegal.

Sin ir más lejos, el pasado mes, la Policía Nacional llevó a cabo una operación para desmantelar un cultivo de esta droga en una nave de la avenida Hermanos Bous de la capital de la Plana, que albergaba anteriormente un gimnasio de cross fit.

En cuanto a la okupación, esta práctica ilegal se antoja cada vez más común. Por ejemplo, los problemas y quejas vecinales se han incrementado en las últimas semanas en una de las zonas urbanísticas más caras de Castelló, como el PAU Lledó.