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Entre los asistentes a la feria de antigüedades de Vila-real hay compradores expertos y público en general con algún interés concreto.Manolo Nebot

CITA OTOÑAL

Paseo entre antigüedades en Vila-real

El Centre de Congressos acoge, también hoy, esta tradicional feria que reúne a 20 vendedores. Aunque internet fue en la pandemia una vía de escape, muchos prefieren ver y tocar los objetos antes de comprar

Vila-real es, durante este fin de semana, ciudad de referencia para los amantes de las antigüedades. El Centre de Congressos, Fires i Trobades repite como escenario de la Fira d’Antiguitats i Brocanters que sigue fiel a su visita a la localidad en otoño --hay otra en primavera--. El organizador del evento, Josep Delcort, se mostró ayer contento, tanto con la participación de vendedores (una veintena llegados fundamentalmente de la Comunitat Valenciana y Cataluña), como con la compradores durante las primeras horas abiertos. 

«El sábado por la mañana, a primera hora, vienen los interesados profesionales, y durante el resto de jornada y el domingo suele ser público en general, aunque siempre hay quien aparece a última hora por si encuentra algo interesante», comenta el responsable de la feria, que añade que en esta ocasión hay «mucho género de buena calidad».

Objetos y precios variados

Así, pueden encontrarse productos que van desde un euro hasta los 10.000. Entre la variedad de objetos, cobran especial protagonismo las piezas cerámicas, si bien también abundan las lámparas o cuadros, herramientas antiguas, juguetes, joyas, ropa o artículos más curiosos, como un cartel luminoso. Con todo, indica Delcort, los muebles no son comunes. Para cerrar un trato, el organizador comenta que la confianza es un aspecto clave. «Tenemos a algún vendedor nuevo y comentábamos que es algo fundamental, que se debe ganar», argumenta, sobretodo si el interesado va a dejarse una suma importante. Trato que, seguramente, requiera de un documento que certifique su valía.

La pandemia, razona este experto, también ha afectado al sector. «Para muchos, durante este tiempo, internet ha servido de ayuda al ser un escaparate», apunta, aunque en este ámbito, a muchos les cuesta comprar on line, así que prefieren los eventos presenciales al poder inspeccionar y tocar los objetos, ver el material del que está hecho...

Respecto al perfil de los visitantes, señala que la media rondará los 40 años, aunque hay curiosidad entre la población joven atraída por lo vintage. De esta forma, las perspectivas son buenas, «aunque no sabemos cómo están los bolsillos». La feria abre hoy de 10.00 a 20.30 horas. 

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