Emoción y mucho arte culminan la espectacular Pasión de Vila-real

No es solo un espectáculo. Es la expresión del arte en cuatro dimensiones. Laquima vere, escrita en valenciano y en latín, volvió a sorprender a vecinos y visitantes en su representación, anoche, en la plaza Major de Vila-real.

Representación de 'Laquima Vere' en Vila-real

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Y ello pese a que las fuertes rachas de viento provocaron serias molelstias a músicos, solistas y actores, quienes aguantaron estoicamente las inclemencias meteorológicas, dando un ejemplo de profesionalidad y amor por su vocación. En algunos momentos volaron partituras o, incluso, algunos protagonistas se tambaleaban por un viento que, finalmente, no impidió llegar al final del evento.

Las 200 personas que dieron vida a esta cita, en el escenario o en la organización, pusieron todo su empeño en elevar, más si cabe, el prestigio que está alcanzando esta particular representación de la pasión de Jesucristo, compuesta y dirigida por Alfredo Sanz, tanto dentro de nuestra provincia como en otros rincones de España.

Las voces de la Coral Sant Jaume y del coro madrileño Alivu, se fundieron en un complejo entramado de luces y música, así como con los actores y actrices que representaron cada una de las escenas, en las que tampoco faltaron las interpretaciones de la soprano Yasmin Müller; el tenor Vicente Ombuena; la mezzosoprano Francesca Sales; el barítono Vicent Antequera; el bajo Bonifaci Carrillo; y el sopranista Rafael Quirant.

Numerosos espectadores siguieron atentos y un silencio sepulcral, tan solo roto en ocasiones por los aplausos, este auto sacramental que conjuga el respeto por los relatos bíblicos con la introducción de nuevas interpretaciones de la vida de Jesús de Nazaret.

Relato paso a paso

Fueron dos horas de espectáculo marcado por el intenso viento, en las que no faltaron escenas como la llegada de Jesús a Jerusalén, con un pueblo volcado en recibirle; el juicio ante Poncio Pilatos; María de Magdala interpretando una aria en la que expresaba su incertidumbre respecto a su relación con Jesús, por su condición de hombre y de Dios, así como las relativas al martirio, la crucifixión, la escena más gore de la llegada de la oscuridad con la muerte del Salvador o su resurrección. Escenas todas ellas cargadas de simbolismo y en las que no faltó la inclusión de la técnica del mapping, con proyecciones en la fachada del ayuntamiento.

Como de costumbre, el espectáculo incluyó en su final elementos propios de Vila-real, como el Ball de l’Anguila o la interpretación de la Marxa a la ciutat, pieza del maestro José Goterris que suena en todos los eventos oficiales.