VILLARREAL CF

La crónica del Villarreal-Real Madrid | El campeón claudica ante el embrujo de La Cerámica (2-1)

El equipo de Quique Setién da un recital de fútbol ante una afición entregada y puede con el Madrid y con el VAR

Los jugadores del Villarreal celebran el segundo tanto del Villarreal ante el Real Madrid.

Los jugadores del Villarreal celebran el segundo tanto del Villarreal ante el Real Madrid. / Gabriel Utiel

Ismael Mateu

Ismael Mateu

Ni la calidad de Benzema, ni la clase de Modric, ni la velocidad de Vinícius Júnior, ni las manoplas de Courtois... ¡Y ni el VAR! Nadie ha podido este sábado con el Villarreal CF de Quique Setién, que ha tumbado al campeón de LaLiga, al Real Madrid, en un partido colosal de los amarillos, que fueron mejores que los blancos de principio a fin, y que solo la ridículas normas que rigen el actual reglamento, acompañadas de las pésimas decisiones del colegiado Soto Grado, estuvieron a punto de evitar el triunfo de un Submarino que mereció un marcador más amplio.

Un gol de Yeremy Pino y otro de penalti de Gerard Moreno, ambos en la segunda mitad, provocaron la segunda derrota del conjunto blanco en el presente campeonato, pese a que el árbitro se inventó un penalti a Juan Foyth --le rozó el balón en una mano sin disviar la trayectoria del balón-- que terminó en gol de Karim Benzema (fue el 1-1) y estuvo a punto de truncar el éxito local.

Por fortuna para los amarillos, el fútbol hizo justicia, ya que el penalti a Alaba también es para que los árbitros se lo hagan mirar, pues un jugador al caer no se puede cortar las manos, y al austriaco al apoyarse en el suelo vio como el balón le impactaba.

Polémicas de VAR al margen, lo que sí está claro es que Setién está consiguiendo cohesionar a su equipo, que ayer superó a todo un Ral Madrid en todas las facetas del juego para establecerse en la zona alta de la clasificación.

Yeremy Pino es felicitado tras marcar el primer gol del Villarreal ante el Real Madrid.

Yeremy Pino es felicitado tras marcar el primer gol del Villarreal ante el Real Madrid. / Gabriel Utiel

Gran planteamiento

Con la reciente noticia de que groguets y merengues se iban a enfrentar dos semanas después en los octavos de final de la Copa del Rey, también en La Cerámica, encaraban el partido ambos contendientes. Setién fue fiel a su estilo y filosofía, planteando de inicio un choque muy valiente, con presión alta sobre la salida de balón del rival y buscando el marco de Courtois, ante un Madrid en el que Ancelotti suele dictaminar un modo más pausado al principio.

El Submarino dio un baño literal en el primer acto a un conjunto blanco que dejó su portería a cero al descanso gracias a la falta de puntería de los amarillos.

Un Submarino superior

Parejo, secundado por un extraordinario Álex Baena y un estajanovista Coquelin, se adueñó de la medular, ante la impotencia de Modric y Kroos, que veían como el ‘10’ del Villarreal daba un recital de lo que ellos mejora saben hacer: distribuir juego, ordenar el tráfico y mandar en el partido.

La sutileza de Parejo iba acompañada del ímpetu de Baena, de las subidas por banda de Foyth y Alberto Moreno y de dos hiperactivos Chukwueze y Yeremy, que junto a Gerard pusieron contra las cuerdas al campeón.

Ritmo frenético

El duelo arrancó con ritmo frenético, avisando Baena y Coquelin con dos remates que olían a gol con la gente todavía tomando asiento. El Madrid achicaba balones como podía y solo se asomaba con atisbos de contrataques de Vinícius Júnior y Valverde, pero también atrás el Submarino estaba inspirado, especialmente con un Raúl Albiol en plan mariscal que abortó varias acometidas blancas con fuerza, templanza y clase ara sacar el balón jugado. Y le estuvo a la par Pepe Reina, titularísimo ahora con la salida de Rulli al Ajax, que despejó con acierto dos grandes ocasiones del conjunto madridista, especialmente un mano a mano ante Vini.

Fue prácticamente el único susto para un Villarreal que insistió e insistió y vio como Álaex Baena, con otros dos disparos desde la frontal, y especialmente un mano a mano de Yeremy Pino que sacó Courtois, pudieron haber cobrado ventaja antes del descanso.

Gerard Moreno celebra el segundo tanto del Submarino ante el Madrid.

Gerard Moreno celebra el segundo tanto del Submarino ante el Madrid. / Gabriel Utiel

Reanudación demoledora

El Submarino volvió a salir a por todas. Setién era consciente de que para sacar algo positivo ante el Madrid debes morderle desde el inicio de cada periodo. Y la apuesta le salió bien. Con los blancos todavía mentalmente en la caseta, Gerard cazó un balón en la frontal para servirle el esférico a Yeremy Pino que fusiló a Courtos, quien ni él ni Mendy pudieron evitar el 1-0 en el minuto 46. Quedaba mucho, pero lo más difícil, adelantarse ante los blancos, estaba hecho.

El show de Soto Grado

Pero Soto Grado tomó el protagonismo con el VAR como aliado. A la hora de juego, se inventaban cual dúo un penalti de Foyth que en el Bernabéu contra el Madrid no se pitaría nunca. Gol de Benzema. Pero el karma llegó en la siguiente jugada. Misma moneda. Alaba, para evitar darse de morros con el suelo pone la mano para apoyarse y le golpea el balón tras pase de Gerard en el área. Penalti que el mismo Gerard anotó para establecer el 2-1 y quitarse esa presión mental que le persigue.

Pudo caer hasta un tercer gol

Y el Villarreal siguió e insistió. El Madrid quiso, pero no pudo en disparos de Militao y Kroos. Y Vini no tuvo su tarde, al igual que Danjuma, que entró en la recta final y tuvo dos claras, fallando una hasta sin portero. El júbilo llegó con el pitido final con una afición volcada y entregada. El campeón claudicó en La Cerámica.

Suscríbete para seguir leyendo