Hoy comienza en Castellón el tercer curso escolar --el segundo al completo-- condicionado por la pandemia del coronavirus. El alumnado, el profesorado y el resto del personal de cada centro deberá seguir cumpliendo numerosas medidas contra el covid, pero poco a poco se va ganando terreno a la normalidad. Una de esas conquistas es el regreso al 100% a la presencialidad en todas las etapas educativas, en un curso calificado ayer por el president de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, como el de «la recuperación» y «la consolidación del buen trabajo» realizado por la comunidad educativa durante el ejercicio pasado.

Para ello, la Conselleria de Educación ha incrementado el número de profesores, algo que unido al descenso de alumnos en infantil y primaria por la baja natalidad ha reducido el ratio de alumnos por grupo hasta los 20,7. La rama en auge es la Formación Profesional, la gran apuesta para conjugar educación con empleabilidad. En Castellón se han creado 1.041 plazas de FP para un total de 11.946 alumnos, un 19% más que hace seis cursos, cuando el cambio de gobierno autonómico.

Pese a los avances, la realidad del alumnado está lejos aún de parecerse a la anterior al covid. Será la suya una rutina de gel hidroalcohólico, grupos burbuja y mascarilla (obligatoria a partir de primaria), y distancia de seguridad en secundaria y bachillerato (de 1,2 a 1,5 metros). Respecto al curso pasado emergen novedades significativas. Los alumnos de primaria del mismo curso podrán jugar en el patio juntos, aunque no compartan clase; y los contactos de positivos que estén vacunados no deberán guardar cuarentena, como avanzó el lunes el conseller Vicent Marzà y debe ratificar hoy el consejo interterritorial.

Vacunados

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De hecho, el avance en la vacunación (los mayores de 12 años ya han podido recibir al menos una pauta) es una gran diferencia respecto al curso pasado. Puig destacó ayer, en un visita a un colegio de Aldaia, el compromiso de la comunidad educativa con la vacunación, especialmente el profesorado, al que se refirió como un «ejemplo extraordinario» para la sociedad. El profesorado tendrá este año el apoyo de las unidades especializadas para afrontar uno de los grandes retos del curso: el impacto de la pandemia en la salud mental de los jóvenes.

También se han realizado diferentes obras y mejoras en los centros educativos (en ocho colegios de la capital sin ir más lejos). En el interior, asoma un apunte simbólico: la reapertura del colegio de Argelita, 47 años después.