La Vuelta ha alcanzado su actual estatus de competición deportiva que da espectáculo gracias a su espinoso recorrido, con un predominio absoluto de la montaña y llegadas que ante la escasez de puertos al estilo de los colosos pirenaicos o alpinos, no son demasiado largos pero sí muy explosivos, con rampas casi imposibles. La ascensión a la ermita de Santa Llúcia responde a la perfección a espe perfil tan del gusto de la organización, recogiendo el testigo de ese enorme descubrimiento, deportivo y también turístico, que, en la pasada edición fue Mas de la Costa, en Llucena.

Benicàssim será el punto de partida de esta etapa que discurre íntegramente por la provincia, en la que no hay prácticamente un metro llano ni de respiro. A lo largo de sus 173,4 kilómetros, el pelotón ascenderá los altos del Desert (kilómetros 23,8, segunda categoría), Cabanes (km 55,3, 3ª), Coll de La Bandereta (km 87,6, 3ª), La Serratella (km 123,4, 2ª) y Santa Llúcia (3ª).

Muy conocido por aficionados y cicloturistas de Castellón, ahora será el momento para exportarlo al mundo. Se trata de una ascensión de 3,4 kilómetros a una media del 8,5%, aunque con rampas superiores al 20%.

La subida se desarrolla, además, por una carretera estrecha que va cogiendo pendiente progresivamente para encontrarse con la parte más dura hacia el tercer kilómetro, en el que el desnivel sobrepasa siempre los dos dígitos, con cerca 500 metros al 16% de pendiente media, con las mencionadas rampas del 20%. Eso sí, la pendiente baja bastante durante el último kilómetro, en el que los corredores se encontrarán, incluso, algún tramo de bajada que aliviará el calentón.

ALICIENTES // La etapa, dentro del argot ciclista, está catalogada como de media montaña, pero por el recorrido, la disposición de los puertos (el primero antes del kilómetro 25; el resto, escalonados) y el duro muro final, augura batalla. Además, hay que añadir lo apretada de la clasificación general (Chris Froome es líder con dos segundos de ventaja respecto a tres corredores; además, los 10 primeros están en un pañuelo de un minuto), así como un terreno propicio para los aventureros, con lo que está jornada está marcada en rojo como una de las más atractivas de esta edición.

Será el preludio de la etapa de mañana que, partiendo de Vila-real, tendrá características similares, con otros cinco puertos, pero más larga (204,4 kilómetros) aunque con la meta al nivel del mar, en el Port de Sagunt.