El temporal marítimo se ensañó ayer con los vecinos de la costa de Almassora, Moncofa y Peñíscola que, con los últimas inundaciones aún en la retina, vieron como, de nuevo, el agua del mar alcanzaba sus casas.

El caso más especial es el de Almassora, donde se tuvo que cortar al tráfico la carretera del muro por séptima vez en escasos seis meses --la primera fue tras la gota fría de finales del pasado septiembre--. Por ello, el alcalde, Vicente Casanova, reconoció que “la situación es tan precaria en este punto del litoral que las obras de emergencia deben ejecutarse cuanto antes”. “Al menos, aunque esta no sea la solución definitiva, paliará temporalmente el dramático estado de este punto de la costa que, tal y como hemos reivindicado desde hace años, requería de una regeneración completa”, remarcó.

Una demanda que tiene por objeto reforzar un tramo del cordón litoral que en la actualidad está siendo objeto de un estudio que determinará el proyecto a ejecutar por parte de Costas y que, previsiblemente, sería materializable a partir del año 2012.

Por otra parte, el fuerte oleaje dejó de nuevo impracticable el paseo marítimo de Moncofa, así como las inmediaciones de la plaza Pintor Sorolla, dado que ha descarnado la pequeña defensa de piedras de escollera colocada para defender la zona verde.

El concejal de Playas, Vicent Esteve, denunció que “es el tercer temporal fuerte que tenemos y volvemos a las andadas, es decir, paseo marítimo lleno de agua, piedras y arena, así como las zonas de baño totalmente desaparecidas”. Por ello, “vamos a ponernos en contacto con la Dirección Provincial de Costas para que se trasladen hasta la playa y puedan comprobar in situ los destrozos”.

“Todo viene de lo mismo, por la falta de defensas en el mar, que propicia que en la zona donde no hay viviendas el agua se adentre de forma importante, afectando a áreas que habitualmente no habían sufrido molestias”, explicó Esteve. En este sentido, continuarán insistiendo en la construcción de los necesarios espigones.

Por su parte, los vecinos de parte de la zona norte de Peñíscola volvieron a preocuparse ayer por las evoluciones del temporal marítimo. En esta ocasión, la parte más afectada fue el tramo final del camino de la Ratlla del Terme, que une los términos municipales de Peñíscola y Benicarló.

El alcalde, Andrés Martínez, después de valorar las consecuencias del oleaje, se limitó a recordar que esta situación “es la de siempre, y ya nos hemos dirigido al jefe provincial de Costas, Ignacio Gil, para hacérselo saber, tal y como venimos haciendo siempre, y seguiremos haciendo cuando ocurra esto de nuevo”. H