Medio ambiente

Segorbe blinda las palmeras de La Esperanza ante el picudo rojo

El Ayuntamiento retoma los tratamientos consistentes en la aplicación de nematodos en el ojo de las palmeras

El personal del Ayuntamiento realiza el tratamiento en las palmeras de La Esperanza.

El personal del Ayuntamiento realiza el tratamiento en las palmeras de La Esperanza. / Mediterráneo

El Ayuntamiento de Segorbe ha retomado los tratamientos específicos en las palmeras del manantial de La Esperanza para combatir al picudo rojo, un insecto coleóptero procedente de latitudes tropicales, con un comportamiento muy agresivo, que está provocando la muerte de las palmeras en España y Portugal. Este insecto, de vistosos colores rojo y negro y un tamaño de hasta cuatro centímetros, es conocido por su rápida capacidad para destruir palmeras, representando hace unos años una amenaza para este emblemático paisaje de Segorbe.

El consistorio combate la plaga del picudo rojo.

El consistorio combate la plaga del picudo rojo. / Mediterráneo

Los tratamientos utilizados consisten en la aplicación de nematodos directamente en el ojo de las palmeras, que parasitan y matan larvas, ninfas y adultos del picudo de la palmera. A pesar de ser un método sensible a la temperatura ambiente, ha sido el recomendado por técnicos especializados porque el entorno del manantial limita el uso de tratamientos químicos más invasivos. Esta acción forma parte de un plan más amplio que incluye cinco aplicaciones anuales, con un presupuesto asignado de aproximadamente 8.000 euros para 2024.

Importancia cultural

El concejal de Medio Ambiente, Vicente Hervás, ha expresado su compromiso con la preservación del palmeral: "Desde la concejalía estamos dedicados a mantener y mejorar este espacio natural, a pesar de los retos que presenta. Es vital proteger nuestras palmeras no solo por su valor estético y natural, sino también por su importancia cultural e histórica para Segorbe". Y es que, el manantial de La Esperanza, situado a dos kilómetros del casco urbano y con una extensión de 12.97 hectáreas, fue declarado Paraje Natural Municipal en 2006, con el objetivo de conservar y potenciar sus valores naturales. Además, este manantial abastece de agua a la ciudad y a poblaciones vecinas, un uso que data desde la época islámica en el siglo VII.

"Continuaremos con las aplicaciones programadas durante la primavera y hacia finales del verano para asegurar la inmunidad de nuestras palmeras contra futuros ataques del picudo rojo", ha afirmado Hervás, subrayando la importancia de la iniciativa.