Hay un Castellón vacío de sucursales bancarias, colegios, tiendas… y ahora también de médicos. La escasez de profesionales sanitarios para sustituir a los facultativos que se encuentran de vacaciones está provocando que este verano decenas de municipios del interior de la provincia hayan visto reducida a más de la mitad la atención sanitaria. Eso en el mejor de los casos. En el peor, los consultorios se han cerrado hasta nueva orden. Y lo más grave de todo es que los recortes en las prestaciones se producen justo en la época del año en la que la mayoría de estas localidades duplican o incluso triplican su población. 

La Torre d’en Doménec, en la comarca de la Plana Alta, es uno de los municipios de la provincia que se ha quedado sin atención sanitaria. Hasta hace un par de semanas, un médico y una ATS pasaban consulta todos los lunes, miércoles y viernes, pero desde principios de mes el consultorio está cerrado a cal y canto, y si uno de sus vecinos enferma no tiene más remedio que coger el coche y desplazarse hasta Benlloc, a unos nueve kilómetros. «Nos enteramos de que ya no teníamos médico en el pueblo a punto de empezar las fiestas. No lo esperábamos para nada y desde luego el enfado entre los vecinos es monumental», narra a este diario Héctor Prats, alcalde de una localidad de 168 habitantes, aunque durante este mes de agosto supera los 400.

Si los 800 habitantes con los que cuenta en verano Tírig quieren ser atendidos en el consultorio auxiliar del municipio solo pueden enfermar los martes y los jueves entre las 8.00 y las 15.00 horas. Pese a que esta localidad de la comarca del Baix Maestrat tiene la suerte de contar con un facultativo con plaza en propiedad, esta temporada la atención médica se reduce a solo dos días a la semana. «Hasta julio las consultas eran diarias, pero a principios de verano nos explicaron que, como no encontraban sustitutos para cubrir las vacaciones de los sanitarios, la atención pasaba de cinco a dos días», explica el alcalde, Juan José Carreras. Así, los lunes, miércoles y viernes, los vecinos de Tírig tienen que viajar hasta les Coves de Vinromà, a 14 kilómetros de distancia, para ver al médico. 

Tírig y la Torre d’en Doménec sufren la falta de facultativos rurales, pero no son los únicos municipios del Castellón vacío que tienen este problema. Benafigos, Villamalur, la Torre d’en Besora o la Serra d’Engalceran, por citar solo algunos ejemplos, tienen idéntico problema. En la Serra el consultorio está cerrado desde el 3 de agosto y para recibir atención presencial hay que ir a Benlloc. En la Torre d’en Besora cuentan con un poco más de suerte y el ambulatorio sigue abierto, aunque el médico solo pasa consulta presencial de 13.00 a 14.00. «Para cualquier urgencia fuera de ese horario hay que acudir a Albocàsser», describe su alcalde, David Vicente, quien lamenta que el interior cuenta cada vez con menos servicios.

Faltan profesionales sustitutos

Los pueblos del interior se quedan sin médicos de Atención Primaria y el problema, según todas las fuentes consultadas, radica en la falta de sustitutos para cubrir las vacaciones de los profesionales titulares. «La Conselleria no encuentra médicos de familia. Las bolsas están vacías, así que los titulares tienen que suplirse unos a otros», argumentan desde el Sindicato de Médicos de Castellón.

Sanitat es consciente del problema e insiste en que la atención presencial está garantizada. «Durante el periodo de vacaciones, la Conselleria redistribuye los recursos disponibles para ofrecer la atención a los ciudadanos. En el caso de que algún consultorio médico de interior tenga reducción de horarios, los pacientes siempre podrán ser atendidos en el centro de salud de referencia», señalan desde el departamento que dirige Ana Barceló, quien prevé que tras el verano se abrirán los consultorios ahora cerrados y se restablecerán los horarios de atención.

Pero a muchos alcaldes de la provincia la explicación no les convence. «Entendemos que los médicos tienen que hacer vacaciones, faltaría más. Lo que criticamos es la falta de planificación de la Conselleria. Ya estamos demasiado abandonados para que ahora nos quedemos sin médico», lamenta el primer edil de la Torre d’en Doménec. David Vicente, alcalde de la Torre d’en Besora, es de la misma opinión. «Estamos de acuerdo en que la costa no puede quedarse sin médicos por la cantidad de turistas que recibe, pero los vecinos del interior tampoco pueden hacerlo», sentencia.