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Las instalaciones de PortCastelló reciben de forma periódica arcillas de Ucrania con destino al sector cerámico.

REACCIONES ENTRE EL TEJIDO PRODUCTIVO PROVINCIAL

Guerra en Ucrania: Alarma entre las empresas de Castellón

El sector cerámico teme por el envío de arcilla y otra subida del precio del gas

Honda preocupación entre los empresarios por el impacto que puede causar en Castellón el conflicto bélico de Ucrania. El primero de ellos, el presidente de la patronal española (CEOE), Antonio Garamendi, que protagonizó ayer el desayuno empresarial de Mediterráneo. «Teníamos un problema energético y ahora aumentará por el incremento del precio del gas», indicó. También tuvo presente lo que influirá «al suministro de arcillas para las empresas del azulejo», ya que en su mayoría proceden de Ucrania. Por eso pidió coordinación a la clase política a la hora de actuar contra todas estas amenazas.  

Salvador Navarro, presidente de la patronal valenciana CEV manifestó que, además del drama personal que supondrá el ataque ruso a Ucrania, la primera consecuencia vendrá de la mano de un retroceso en la confianza de las empresas y los consumidores europeos. «En suma, más incertidumbre, y eso restará potencia a la recuperación», pronosticó 

El azulejo será, sin duda, uno de los sectores más perjudicados aunque el presidente de la patronal cerámica (Ascer), Vicente Nomdedeu, afirmó que las consecuencias «no se podrán medir hasta dentro de un tiempo». Reconoció que a corto plazo «habrá arcillas de Ucrania para seis meses pero hay que ver cómo afectan las ventas a un mercado que iba al alza», y expuso el temor a que con estas medidas «Rusia domine materias primas básicas» para la economía mundial.

Sobrecostes

Fernando Roig, presidente de grupo Pamesa, citó que la guerra incrementará más los precios del gas y de materias primas como la arcilla. «Los costes energéticos ya son desorbitados y para el sector la factura del gas supondrá un incremento de unos 600 millones de euros, un sobrecoste que nos llevará a pérdidas o a tener que subir los precios», lamentó. Otro problema son las arcillas que llegan de Ucrania, y de las que el azulejo es muy dependiente. Y ahí recriminó a los políticos la lentitud a la hora de dar permisos para explotar minas en el territorio nacional. «Se tienen que poner las pilas porque no es normal que en la Comunitat se tarde seis u ocho años en obtener la licencia», se quejó. Ante ese situación, Roig explicó que los empresarios van a tener que buscar proveedores diferentes a Ucrania.

Quien también habló de las consecuencias del conflicto militar fue Rafa Simó, presidente de PortCastelló. «Las empresas han hecho los deberes y el sector cerámico ha acumulado estoc, pero eso no implica que exista preocupación ante lo que se pueda alargar el conflicto», aseguró 

El presidente de los fabricantes de esmaltes y fritas (Anffecc), Joaquín Font de Mora, expuso que la guerra «es mala para el sector, porque las materias primas volverán a disparar sus precios y se notará en el transporte».

Relación continuada

El expresidente de CEV Castellón y consignatario del puerto, Sebastián Pla, mostró su «preocupación por el mucho tráfico que hay entre los puertos de Ucrania y Castellón, y esperamos que se mantenga el suministro y el conflicto no vaya a más», además de temer por la vertiente humanitaria de este drama. 

Por otro lado, el presidente de la patronal hostelera de la provincia (Ashotur), Carlos Escorihuela, mencionó que al sector del turismo «le afectan todas estas situaciones y es evidente que no nos va a beneficiar. El miedo puede afectar a la llegada de visitantes extranjeros», detalló.

Cristóbal Aguado, presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), recordó que el enfrentamiento de Europa con Rusia está saliendo muy caro desde 2014 a los agricultores de Castellón. «Perdimos un mercado de más de 150 millones de consumidores que nos costó mucho de ganar y que ahora se han quedado países como Turquía, Marruecos y Egipto», explicó. Y entre los cultivos más perjudicados por el veto ruso destacó los cítricos y las hortalizas. «Desde el 1 de enero también hemos perdido el mercado bielorruso y con esta escalada bélica las sanciones podrían extenderse a producciones mediterráneas como el vino y el aceite». 

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