déficit de centros de día y residencias en castellón

La falta de plazas deja a jóvenes con diversidad funcional sin centro al que ir en Castellón

Las familias sufren una odisea para tener un recurso cuando sus hijos cumplen 21 años

Ian junto a su madre, Vanesa.

Ian junto a su madre, Vanesa. / Mediterráneo

El caso de Ian desgraciadamente no es el único. Los chavales con una diversidad funcional grave deben abandonar su etapa educativa a los 21 años, edad a partir de la cual solo tienen tres opciones: una residencia, un centro de día o quedarse en casa. Este chico de Torreblanca acabó el pasado mes de junio su ciclo en el colegio de educación especial que tiene Aspropace, ya que en octubre cumplió los 21 años. Desde entonces, está en su domicilio, ya que no tiene centro al que poder acudir debido al déficit de plazas existentes.

«Hace tres o cuatro años que ya pedimos una residencia, ya fuera la de Frater o la de Aspropace, pero no hay sitio, así que también solicitamos un centro de día y el problema que tenemos es el mismo», señala Vanesa, la madre de Ian, que narra la odisea que sufren las familias castellonenses para lograr que estos jóvenes sigan su etapa educativa o formativa. 

Ian ha sido compañero de Alberto en Aspropace, el joven de Castelló del que informó Mediterráneo a cuenta del proyecto educativo que su madre, Chelo, está intentando que se implante en este centro para que los usuarios puedan seguir su formación hasta los 24 años, como ocurre en el centro Castell Vell de la capital, donde también acuden chicos con algún tipo de discapacidad.

«Me rompí la mano y estoy de baja y puedo estar con mi hijo, pero cuando me recupere tengo que buscar trabajo y entonces necesito que mi hijo acuda a algún centro, además, también es por su beneficio, porque siempre le va bien tener una rutina y hacer actividades», explica Vanesa.

Gran vacío asistencial

«Las familias no tenemos opciones. Parece ser que mi hijo solo podrá acceder a un centro cuando alguien fallezca y la plaza se quede libre. Es muy triste», apunta. «Cuando cumplen los 21 años es como si para el sistema no existieran, se les olvida. Hay un gran vacío», lamenta esta madre.

Este testimonio, al igual que el de Chelo que denuncia la misma situación, vuelve a poner sobre la mesa la falta de recursos públicos para garantizar una correcta atención de estos colectivos más vulnerables. Así el déficit de plazas que padecen las personas mayores y dependientes ante la ausencia de una red pública de residencias, lo sufren también las personas con diversidad funcional.

Radiografía de los recursos para diversidad funcional

Según datos facilitados por la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, la provincia de Castellón cuenta con nueve centros de día para este colectivo, que se traducen en 181 plazas, así como con siete residencias que suponen 194 plazas. Unos recursos que dada la situación resultan «insuficientes», como denuncian las familias.

En este sentido, desde el departamento de Aitana Mas insistieron en que desde el 2015 se han aumentado casi un 20% las plazas destinadas a la atención a personas con diversidad funcional en la provincia. Asimismo, recuerdan que en el Plan Convivint se prevén hasta 2025 un centro ocupacional y centro de día en Vinaròs, una residencia en Orpesa y una residencia y centro de día en Vila-real. «El Pla Convivint prevé construir cuatro centros de diversidad funcional en la provincia para seguir haciendo todos los esfuerzos necesarios para atender, en tiempo y forma, a todas aquellas personas con diversidad funcional», apuntan desde Igualdad.

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