Castellón suma tantos heridos por jabalí en 2023 como en todo 2022

La provincia de Castellón ha registrado en el último mes y medio tantos heridos en accidentes de tráfico con jabalís como en los doce meses del 2022. En concreto, hasta el 16 de febrero se han producido ocho víctimas en siniestros viales de este tipo, las mismas que en todo el año pasado, según fuentes de la Jefatura Provincial de Tráfico. Afortunadamente, ninguna de ellas tuvo que ser hospitalizada.

También los accidentes se han incrementado. En mes y medio han sumado cuatro con lesionados frente a uno en el mismo periodo del año pasado, en que en 12 meses hubo que lamentar seis.

Justo esta semana en Benicàssim, dos personas se llevaban un susto tremendo ante la irrupción de un jabalí en la N-340, provocando que el vehículo en el que viajaban se saliera de la vía. Ambos resultaron damnificados. Ocurría sobre las 00.30 horas.

Y ello, por no hablar de los que no salen en las estadísticas y que se saldan solo con daños materiales, con una considerable factura económica a cargo del conductor.

¿Quién paga en caso de accidente?

Como explica Mario Arnaldo, presidente de automovilistas europeos asociados, a partir de 2006 el propietario del coto dejó de ser el responsable en caso de accidente provocado por un cerdo salvaje, como había venido ocurriendo hasta entonces. Ahora es el conductor el que debe correr con los gastos. Además, no lo cubre el seguro obligatorio, sino que se ha de suscribir otro voluntario, que cubra este tipo de sobrevenidos.

Peregrinaje

En caso de producirse en una autopista, el ciudadano podría reclamar la responsabilidad al titular por no haber puesto los medios (vallados o barreras de olor, por ejemplo) para evitar que los animales irrumpan en la calzada. Sin embargo, esto implicaría recurrir a la vía de la responsabilidad patrimonial de la administración, un «peregrinaje», como calificaba Arnaldo.

Desde Automovilistas Europeos Asociados reivindican la vuelta al sistema que estuvo en vigor hasta el 2006, que es hacer responsable al coto, que es quien se beneficia de la caza del jabalí. Además, señala que con la desaparición de este sistema, se ha perdido el aliciente para que los cotos efectúen mejoras en vallados, entre otros, para prevenir nuevas intromisiones en el asfalto.

Ello, unido al abandono del campo, han contribuido al incremento de los incidentes con este tipo de animales, añadía Arnaldo.

Dejen de criminalizar al sector

Por su parte, desde la Federación de Caza de la Comunitat se apeló a que «se deje de criminalizar al sector, que está realizando una gran función social».

Esta entidad ha reclamado a nivel político una valoración positiva y un reconocimiento al esfuerzo que están ejerciendo los cazadores frente a la sobrepoblación. Algo que, a su juicio, debe ir unido a incentivos y ayudas. «El cazador es el único que invierte tiempo y dinero», señalaron.

Como publicó ayer Mediterráneo, la Conselleria ha anunciado una partida de 100.000 euros para financiar una línea de subvenciones para ayuntamientos con terrenos sin gestión cinegética, para efectuar tareas a través de empresas, clubs de cazadores o personal autónomo que cumpla los requisitos. Por otro lado, facilitará la retirada de los senglares por una empresa autorizada. 

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