Egipto inunda Europa de naranjas y pone en jaque al sector de Castellón

Las importaciones de cítricos del país del Nilo aumentan un 77% este año y tiene 10 millones de árboles que aún no producen

Un trabajador en un campo de naranjas de Egipto.

Un trabajador en un campo de naranjas de Egipto. / MEDITERRÁNEO

Elena Aguilar

Elena Aguilar

La citricultura de Castellón tiene muchos problemas y uno de los más importantes viene de fuera. Y en contra de lo que podría pensarse, el mayor peligro no está en Sudáfrica. La verdadera competencia llega de Egipto, un país que en muy pocos años ha disparado sus envíos de naranjas a Europa y que amenaza seriamente con arrinconar a la fruta española, hasta ahora la reina de los supermercados. ¿Los motivos? Un calendario productivo y de exportación que coincide con el español, una cosecha que en pocos años se multiplicará y unos costes laborales hasta diez veces más reducidos. 

Egipto empieza a comerse a la naranja made in Castellón y en los próximos años su trozo de pastel será todavía mucho más grande. Y quien lo dice es el Comité de Gestión de Cítricos (CGC), la entidad que aglutina a empresas privadas, grupos empresariales y organizaciones de productores y a la que pertenece, entre otras, la Asociación de Exportadores de Fruta de Castellón (Asociex). Este organismo ha realizado un informe en el que se refleja claramente el potencial del país del Nilo y el papel que puede jugar en el comercio citrícola mundial: de los 23,9 millones de árboles que tiene plantados en su árida geografía solo 13,9 millones están en producción, mientras que otros 10 millones lo harán en los próximos años. 

En muy poco tiempo la cosecha de cítricos egipcios se disparará (las naranjas representan el 80% de su producción y las variedades Navel y Valencia copan el ránking) y, de hecho, esta campaña ya ha batido todos los récords. Mientras en Castellón la del 2022-2023 pasará a la historia como una de las temporadas con menos producción, en el país de los faraones ha aumentado un 20%, hasta las 3,6 millones de toneladas.

Si en producción citrícola Egipto va como un cohete, en exportación ocurre lo mismo. Entre enero y junio de este año (los envíos desde este país se concentran sobre todo en este periodo), la UE ha importado 425.275 toneladas de naranja egipcia, un 77% más que el año anterior, según estadísticas del Ministerio de Agricultura. Y otro apunte más: los envíos a los países europeos han pasado de las 117.242 toneladas de campaña 2013-2014 a las 425.000 de ahora.

Sudáfrica crece, pero menos

Las cifras de Sudáfrica, en cambio, son bastante más modestas. Entre septiembre del 2022 y junio de este año, este país exportó a la UE 298.551 toneladas de naranjas, un 12% más que la temporada anterior. Sudáfrica, no obstante, envió también 83.987 toneladas de mandarinas, un producto que en Egipto es totalmente minoritario (apenas vendió 22.000 toneladas).  

Todos los indicadores hablan de que Egipto está llamado a convertirse más pronto que tarde en el rey de la naranja y, además, en el mercado europeo no juega con las mismas cartas que los productores españoles. Y la muestra está en que durante la primera mitad del año ha acumulado 25 alertas en naranjas por exceso de residuos de pesticidas o por usar productos prohibidos en la UE. Una situación que ya ha tenido consecuencias y desde ya Europa aumentará el porcentaje de controles y pasará del 20% al 30%.

«Acabar con esa doble vara de medir que la UE aplica en su política de plaguicidas» es, precisamente, uno de los objetivos del CGC que preside Inmaculada Sanfeliu y que a final de mes asumirá también la presidencia de la interprofesional Intercitrus.  

Precios sin competencia

Los precios de los cítricos de Egipto son mucho más bajos que los españoles. Un kilo de navel en un supermercado de ese país cuesta 0,26 euros. Las naranjas egipcias se ponen en los puertos europeos a unos 0,55 €/k., según la Unió.

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