Di capacitados: una educación sin barreras en Castellón

Alexandra Amalia Nicolae Stan estudia 4º de Traducción e Interpretación en la UJI

Alexandra Amalia Nicolae Stan estudia 4º de Traducción e Interpretación en la UJI / UJI

Carmen Tomás Armelles

Carmen Tomás Armelles

Más de 3.500 alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo --desde Infantil a Universidad-- han regresado a las aulas en Castellón. Muy a menudo las palabras no aciertan a asir una realidad tan diversa como variada. Problemas auditivos, visuales, motores, intelectuales, trastornos del espectro autista, déficit de atención e hiperactividad o afecciones de salud pueden provocar que precisen de algún tipo de adaptación educativa.

En el caso de la Universidad, tanto la Jaume I como la Cardenal Herrera CEU disponen de una unidad que «trabaja para garantizar que este perfil de alumnado cuente con las mismas oportunidades  y acceda en igualdad de condiciones a todos los recursos de los que dispone la universidad», señalan desde esta última institución.

Adrián Sánchez es un alumno de la Universitat Jaume I que padece una enfermedad degenerativa de la retina llamada retinosis. "Sé lo que es estar aquí sin tener la condición de persona con discapacidad a sí tenerla", señala. Al principio, le costaba hablar de su problema. «He asumido mi condición ahora», señala. «Lo que no se verbaliza en la pizarra yo no alcanzo a verlo, es como si no existiera para mí», indica, a modo de ejemplo. 

CASTELLON. ENTRVISTA UJI(quedar con Carmen en la UJI para entrevistar a un alumno invidente)

Adrián Sánchez, alumno de la UJI con una discapacidad visual / MANOLO NEBOT ROCHERA

Solo tiene palabras de elogio hacia Olga Carbó y Encarna González, las responsables de la Unitat de Diversitat i Discapacitat de la Universitat Jaume I. En la misma línea se expresa otra alumna, Alexandra Nicolae, que sufre una deficiencia visual casi total: «Desde el principio ha habido una supervisión, contacto directo entre nosotros y profesores, para la adaptación del material, puestos de estudio, acompañamiento, incluso mejora de los recorridos, en colaboración con personal de la ONCE entre otros muchos aspectos».

Universitat Jaume I

La Unitat de Diversitat i Discapacitat de la Universitat Jaume I es la responsable del diseño de las acciones de apoyo y seguimiento de las adaptaciones curriculares que requieren estas personas en los estudios oficiales de la UJI.

Alexandra, en los pasillos de la Facultad de Humanas y Sociales con miembros de la Unitat de Suport

Alexandra, en los pasillos de la Facultad de Humanas y Sociales con miembros de la Unitat de Suport / Universitat Jaume I

En total este curso se han matriculado 296 personas con este perfil de los que 126 tienen una discapacidad igual o superior al 33%. De ellas, según fuentes de la UJI, 24 son de nuevo acceso. Olga Carbó, desde dicha Unitat, explica que "cuando los alumnos se matriculan en la Universidad, a principio de curso, entre septiembre y octubre, hacemos las valoraciones individualizadas, especialmente en los de primero, pero hacemos una revisión de todos". El primer contacto de un alumno de nuevo ingreso tienen que traer los informes médicos y psicológicos que acrediten estas necesidades específicas de apoyo educativo. Puede haber desde personas con una discapacidad reconocida del 33% o superior, u otras situaciones vinculadas al ámbito de la salud que van a repercutir en los estudios.

Discapacidad visual

En base a la documentación recibida y la valoración la Unitat se encarga de realizar las adaptaciones. "Por ejemplo, una persona con discapacidad visual, tiene derecho a una ampliación del tiempo de respuesta de examen, a que sea en Braille o un sistema alternativo; o acciones de apoyo como acompañamiento para que conozca los itinerarios de desplazamiento desde la parada del bus de la UJI hasta su aula, como es esta para que llegue a su pupitre... etc", añade Carbó. Asimismo, con el visto bueno del alumno, también se dan pautas al profesorado para abordarla situación, como podría ser verbalización de lo que hay escrito en la pizarra, verbalización como quién es la persona que está hablando, cómo darle los documentos de trabajo para que sean accesibles...", explica Carbó. Esto se hace adaptado a todas las situaciones que puedan presentarse.

En ocasiones, además, se cuenta con la colaboración de alumnos voluntarios del programa UJI Voluntària para dar apoyo a otros alumnos --tándem-- para gestionar la agenda, tomar nota de los eventos que se van produciendo o fechas de entrega de trabajos o exámenes --en el caso del TEA o TEDH--.

"Trabajamos durante todo el curso con los profesores dándolo apoyo y también con los alumnos a partir de las situaciones que no van abordar o requiriendo, o incluso también a los otros alumnos", señala.

"Estamos hablando de accesibilidad en el sentido más amplio de la palabra y estamos en un ranking muy bueno, valorado por asociaciones y continuamente estamos remodelando y velando por hacer acciones para adaptar a las normativas a nivel arquitectónica", aseveró Carbó. Además intentamos crear conciencia de conductas tolerantes y respetuosas hacia la diversidad, a través de charlas y cursos de sensibilización.

También hay alumnos que en la presentación de la selectividad necesitan que los centros de Secundaria presenten a los estudiantes susceptibles a adaptaciones y tenemos una línea continuista con respecto a ellos.

Este apoyo se presta también al estudiantado en prácticas o a los que participan en movilidades internacionales.

Espacios de descanso

A veces son diagnósticos vinculados al estado físico. Por ejemplo, la UJI es innovadora al ofrecer espacios de descanso en cada uno de los centros a los estudiantes y otros miembros de la comunidad universitaria que por su patología y pautados por su especialista como pudiera ser una narcolepsia, fibromialgia o un tratamiento de cáncer precisa hacer pausas en la jornada, con la presentación de su carnet de estudiante, autorización, para poder continuar la jornada.

Colaboración de la ONCE

El equipo educativo de Atención a la discapacidad visual la ONCE también contribuye a la ecuación de alumnos con una discapacidad visual grave: «Tenemos 58 estudiantes desde Infantil, Primaria, Secundaria, FP, Universidad, Enseñanzas Artísticas, Educación de Adultos y Especial», afirma Enric Reverter. «El objetivo es conseguir su máxima autonomía según su edad, tanto para el trabajo académico como personal». «La ONCE realiza seguimiento de necesidades, apoyo a los docentes del centro, a las familias y a los alumnos, ayudas a desplazamientos autónomos, o actividades en la vida diaria. Vamos a todos los centros donde están. Suelen trabajar con tablets y ordenadores adaptados. Algunos mantienen un resto visual, funcional, a nivel escolar. Otros o no tienen o es muy pobre. Los primeros emplean sistemas de ampliación de caracteres para acceder a los libros, conexión con pizarras digitales. En el segundo grupo se nutre del Braille como sistema de lectoescritura. 

El caso de la Cardenal Herrera CEU

El caso de Carla Safont, de Burriana es distinto. Ella tiene una parálisis cerebral. Estudia 2º de maestro de Primaria y ha sacado  la mejor nota en el examen C1 de valenciano de la Comisión (CIEACOVA) celebrado en la Universidad CEU Cardenal Herrera, al que se presentaron 255 estudiantes. Una vez se saque el título aspira a sacarse el máster de Psicopedagogía. «Me siento muy contenta, los docentes me han apoyado desde el principio y los compañeros generalmente se han volcado mucho conmigo», señala. Su problema es motórico. La única adaptación que tiene es el tiempo en los exámenes porque su velocidad de escritura no es la misma que la del resto de compañeros.

Carla Safont estudia maestro de Primaria en el CEU y quiere especializarse en Psicopedagogía

Carla Safont estudia maestro de Primaria en el CEU y quiere especializarse en Psicopedagogía

La Unidad de Atención a Personas con Discapacidad de la Universidad CEU Cardenal Herrera proporciona apoyo y asesoramiento especializado a los estudiantes con discapacidad y/o necesidades especiales, y situaciones complejas de salud que tengan consecuencias educativas (procesos de diagnóstico, enfermedades crónicas, períodos de hospitalización).  Su objetivo fundamental es promover la autonomía y el pleno desarrollo de los/las estudiantes con discapacidad y/o necesidades especiales en sus estudios universitarios.  Desde esta Unidad se gestionan las adaptaciones necesarias y se ofrece apoyo psicopedagógico personalizado para la mejora de recursos de aprendizaje.  La Unidad de Atención a Personas con Discapacidad presta atención personalizada a lo largo del curso para atender las consultas que puedan plantear los estudiantes: desde primero de carrera- para una buena integración en la universidad al inicio de los estudios- y durante toda la carrera. En definitiva, trabaja para garantizar que este perfil de alumnado cuente con las mismas oportunidades que el resto de los estudiantes partiendo del principio de normalización, en virtud del cual las personas con discapacidad deben poder llevar una vida en igualdad de condiciones, accediendo a los mismos lugares, ámbitos, bienes y servicios que están a disposición de cualquier persona; es decir: acceder en igualdad de condiciones a todos los recursos de los que dispone la universidad.  Además, impulsa actuaciones orientadas a promover una imagen social normalizada y respetuosa de las personas con discapacidad.  

Etapa obligatoria

En niveles inferiores, los centros ordinarios tienen especialistas en Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje. Desde el STEPV resaltan el avance con los acuerdos de plantillas que han aumentado el personal especializado en apoyo a la inclusión, además de recuperar el maestro tutor por unidad, lo que mejorará la atención, aunque «hay que seguir trabajando para que el personal educador esté en tiempo y forma ya que hay muchos que no se han incorporado».

Pero queda aún camino por recorrer. Benito Pérez, responsable de la Oficina de Vida Independiente, lamenta: «Difícilmente podemos hablar de inclusión en educación cuando la mayoría de centros educativos no cumple en materia de accesibilidad. Esto supone que no pueden acceder a los centros donde estudia el resto de su entorno. Se trata a los alumnos con diversidad funcional como ciudadanía de segunda.