El ‘covid de las vacas’ se extiende por Castellón y enciende las alarmas de la ganadería

El 80% de las explotaciones de vacuno de Castellón tiene reses con síntomas compatibles con el virus

El 80% de las explotaciones de vacuno de Castellón tiene reses con síntomas compatibles con el virus EHE.

El 80% de las explotaciones de vacuno de Castellón tiene reses con síntomas compatibles con el virus EHE. / MEDITERRÁNEO

E. Aguilar/ J. Ortí

El primer caso de la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE), más conocida como el covid de las vacas, se detectó en Castellón a mediados del pasado septiembre y en poco menos de un mes se ha extendido como una mancha de aceite. Y lo ha hecho con tanta rapidez que tanto los ganaderos como los veterinarios estiman que en al menos ocho de cada diez explotaciones de vacuno de la provincia hay reses con síntomas compatibles con la enfermedad.

Todas las fuentes consultadas aseguran que en el sector vacuno, cuyas granjas se localizan principalmente en la comarca de Els Ports, la preocupación es máxima. «Hay explotaciones en las que podrían estar afectados entre el 70 y el 80% de los animales», coinciden varios veterinarios que insisten en que la moral de los ganaderos «se encuentra por los suelos». 

La EHE golpea con fuerza al sector ganadero y, además, no hay un tratamiento efectivo para la enfermedad. «La mortalidad es muy baja, de entre el 1 y el 3%, pero la realidad es que en las explotaciones en las que entra esta patología la afectación en el ganado es altísima», explican las mismas fuentes. Y es que este virus, que  afecta a rumiantes como vacas y ciervos, provoca síntomas como pérdida de peso, fiebre, cojera, debilidad y lesiones en la mucosa oral y nasal. «Los animales infectados se debilitan y hay que tratarlos con antiinflamatorios», añaden los profesionales.

Un doble gasto

Además del coste que suponen los medicamentos, el principal gasto al que se enfrentan los ganaderos viene por la implantación de medidas de prevención. La EHE no se transmite de vaca a vaca, sino por vectores. Y en este caso el vector principal son los mosquitos del género Culicoides. «El contagiarse a través de la picadura de un mosquito implica que el propietario de la explotación tienen que hacer frente a la inversión que conlleva la aplicación de insecticida repelente tanto en las instalaciones como en el ganado», describen los veterinario que insisten en recalcar que esta patología en ningún caso se transmite a las personas ni por picadura de mosquito, ni por el consumo de alimentos de carne, de leche o por contacto con pieles.

Aunque los profesionales estiman que la inmensa mayoría de las explotaciones de vacuno tienen animales con EHE, saber cuántas reses están infectadas es misión imposible. Desde el sector reconocen que hay ganaderos que no declaran la enfermedad y las administraciones, por tanto, no llevan un censo actualizado a pesar de ser una enfermedad grave de obligado registro. 

Las restricciones, que se aplican tanto en provincias con casos declarados de EHE como en otras que están en el radio considerado de influencia, afectan sobre todo al movimiento del ganado para vida entre países comunitarios. 

La incidencia se dispara pese a las medidas del Consell

El primer caso de EHE en la Comunitat se detectó a finales de agosto en un ciervo de la localidad valenciana de Ayora. Unas semanas después, la Conselleria de Agricultura y Ganadería informaba de la detección de los primeros cinco casos en la provincia de Castellón: un ciervo en el Baix Maestrat, dos confirmaciones en explotaciones de bovino de la misma comarca y otras dos en granjas de bovino de Els Ports.

Tras esas detecciones, el Consell puso en marcha acciones preventivas y reforzó las medidas de actuación, vigilancia y control contempladas en el Plan Anual Zoosanitario, unas medidas que no han dado los resultados previstos. 

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