Cinco pueblos ‘desconocidos’ de Castellón ideales para visitar en primavera

A los grandes destinos turísticos que tiene la provincia hay que sumar pequeños destinos con un gran encanto

Son enclaves que no superan los 200 habitantes y bien merecen una visita ahora con la llegada del buen tiempo.

Imagen de los cinco pueblos de Castellón ideales para visitar en primavera

Imagen de los cinco pueblos de Castellón ideales para visitar en primavera / Néstor Marín

Con una rica historia, impresionantes paisajes y una cultura vibrante, Castellón ofrece una experiencia turística única que cautiva a todos los que la visitan. Comenzando por sus costas bañadas por el mar Mediterráneo, la provincia presume de playas de ensueño que atraen a amantes del sol y el mar de todo el mundo. Desde las amplias y doradas extensiones de arena en Benicàssimhasta las pintorescas calas escondidas en Alcossebre.

Pero el encanto no se limita solo a sus playas. En su interior se despliega un paisaje diverso y cautivador que ofrece oportunidades para los amantes del senderismo, la escalada y la observación de la naturaleza. La Serra d’Espadà y el Parque Natural del Desert de les Palmes son solo algunas de las áreas protegidas que muestran esta riqueza natural de la región.

Además, la historia de Castellón se refleja en sus pueblos encantadores y sus monumentos históricos. La ciudad de Castelló, con su imponente catedral y su casco antiguo lleno de encanto, es solo el comienzo. Los castillos de Peñíscola y Morella se alzan majestuosos sobre el paisaje, recordando tiempos pasados de conquistas y batallas. Cada rincón de la provincia respira historia y cultura, como en los municipios turísticos de Vilafamés, CullaSegorbeMontanejosVinaròs y Orpesa, entre otros.

Pero en este reportaje vas a conocer cinco pueblos ‘desconocidos’ con un gran encanto en Castellón. Son enclaves que no superan los 200 habitantes y bien merecen una visita ahora con la llegada de la primavera.

Xodos (l'Alcalatén, 113 habitantes)

Aunque pueda pasar desapercibido para muchos, este encantador pueblo, ubicado a los pies del parque natural del Penyagolosa, esconde una historia fascinante y una belleza natural que lo convierten en un destino turístico digno de explorar. Su castillo está declarado como Bien de Interés Cultural y aún conserva parte de su muralla. Está construido en estilo medieval militar y se puede visitar, aunque el paso del tiempo ha dejado en pie tan solo la torre del homenaje y parte de la muralla. 

La silueta de Xodos es perfecta para amantes de la fotografía, que además encontrarán rincones en sus calles y cuestas, con puertas y muros antiguos, perfectos para guardar en forma de imagen. Uno de los aspectos más destacados es su arquitectura tradicional, que refleja siglos de historia y cultura. El casco antiguo del pueblo está presidido por su Iglesia Parroquial dedicada a San Pedro, de estilo gótico, así como también es destacable la ermita de San Juan Bautista,  del siglo XIV y zona de peregrinación, o la de San Cristóbal, erigida en una colina.

Mención aparte merece la plaza Mayor, que es el corazón del pueblo, donde se concentra la vida local y se celebran eventos y festividades. Los amantes del senderismo y la naturaleza encontrarán en Xodos un paraíso por descubrir, con miradores panorámicos que ofrecen vistas espectaculares del parque natural y sus alrededores.

Gaibiel (Alto Palancia, 197 habitantes)

Uno de los aspectos más destacados de Gaibiel es su imponente castillo, que se alza majestuosamente sobre el pueblo y ofrece unas vistas panorámicas impresionantes de los alrededores. Este castillo, conocido como el Castillo de Gaibiel, es almohade, de época islámica, y se sabe con seguridad que fue ampliado en los siglos XIV, XVI y XIX. Es uno de los mejor conservados de la provincia. Los visitantes pueden explorar sus murallas, torres y salas interiores, sumergiéndose en la historia y el pasado glorioso de la región.

Otros puntos de interés son su iglesia, del siglo XVIII, dedicada a San Pedro Apóstol y construida en estilo barroco académico, o la ermita consagrada a San Blas, un edificio gótico de pequeño tamaño, de la misma época. Asimismo también son visitables el lavadero de la calle Trinidad o el Arco de la Peña, junto con el acueducto llamado Rocha-Pilares, que une Gaibiel con Jérica.

La naturaleza que rodea a Gaibiel es otro atractivo para los visitantes. El pueblo se encuentra en las estribaciones de la Serra d’Espadà, lo que lo convierte en un punto de partida ideal para explorar esta impresionante cordillera. Senderos bien señalizados serpentean a través de bosques de pinos y encinas, ofreciendo oportunidades para practicar senderismo, ciclismo de montaña y observación de la naturaleza.

Todolella (Els Ports, 144 habitantes)

Todolella es un pintoresco pueblo anclado en las montañas que emerge como un refugio de serenidad y encanto en medio del paisaje agreste del Maestrat. Sus callejuelas serpentean entre casas de piedra centenarias, evocando un pasado marcado por la historia y la tradición.

Vigilando el municipio luce el Castillo de la Todolella, construido en el siglo XIV, y situado en una loma junto a la población. La edificación se encuentra en buen estado de conservación y destacan la puerta de entrada, las torres, el patio de armas y la cuidada decoración interior. Otro edificio que llama la atención es el del ayuntamiento, en la plaza Mayor, el cual presenta un arco rebajado poco común de entrada al porche.

Además, cuenta con un conjunto arquitectónico singular formado por un puente gótico, el segundo que se construyó sobre el río Cantavieja, la ermita de San Onofre y el Puente del Molino, el primero que se creó para cruzar el río y que está situado al lado del antiguo molino.

En el término municipal se encuentra el poblado románico de Sarañana, su origen es anterior a Todolella y tiene posibilidades de ser la ciudad romana de "Sarna" (mencionada en la Ora Marítima de Avieno, pero de dudosa existencia). Hoy solo quedan los muros y el ábside de la primitiva iglesia románica, la Casa Consistorial y una casona señorial.

Aín (Plana Baixa, 125 habitantes)

Aín es conocido por su impresionante belleza natural y su encanto rural. Una de las características más destacadas es su entorno natural privilegiado. El pueblo se encuentra enclavado en un valle rodeado de colinas y bosques frondosos, lo que lo convierte en un destino popular para los amantes del senderismo y la naturaleza.

Además de su entorno natural, Aín también cuenta con un encantador casco antiguo que refleja su trazado musulmán. El accidentado relieve de su emplazamiento, desplegado sobre las faldas circundantes de la Peña Pastor, ha configurado su peculiaridad e identidad urbanística que todavía conserva el recogimiento, sencillez e intimidad de la vida rural, con empinados y estrechas calles de ascendencia moruna, dónde sol y sombras juegan sobre el encalado blanco de las casas. La iglesia parroquial de Sant Miquel, con su campanario distintivo, es uno de los puntos de referencia más importantes del pueblo y merece una visita.

En las afueras de Aín, se pueden encontrar antiguos molinos de agua que antaño fueron fundamentales para la economía del pueblo. Estos molinos son un testimonio del pasado agrícola e industrial de la región y ofrecen una visión fascinante de la historia local.

Ares del Maestrat (Alt Maestrat, 190 habitantes)

Ares del Maestrat se distingue por su encanto rural, su rica historia y su entorno natural impresionante. Una de las características más notables es su arquitectura medieval bien conservada. El centro neurálgico del pueblo se encuentra en su Plaza Mayor. Desde aquí comienza un recorrido con el que descubrir los lugares más emblemáticos del municipio como, por ejemplo, la antigua lonja, que todavía mantiene sus arcos góticos-mudéjares del siglo XIV.

En un paseo por Ares del Maestrat no puede faltar una visita a la Iglesia Parroquial de la Asunción, su fachada barroca os sorprenderá. También resulta muy curioso que el campanario de este edificio tenga menos altura que la propia iglesia.

Además de su patrimonio arquitectónico, Ares del Maestrat es conocido por su rica historia y su legado cultural. El pueblo tiene sus raíces en la época ibérica y romana, y ha sido habitado por diversas civilizaciones a lo largo de los siglos, dejando su huella en forma de yacimientos arqueológicos, como las pinturas rupestres del Barranco de la Gasulla, que datan del período prehistórico.

Vídeo: Descubre en los pueblos del Interior de Castellón una ruta llena de encanto

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