Hartos de sentarse frente a los pupitres con guantes, bufanda y chaquetón, un grupo de alumnos del instituto Ribalta salió ayer a la calle con mantas para protestar por la falta de calefacción.

Unos 60 alumnos de Bachillerato faltaron ayer a clase en señal de protesta. Además, protagonizaron una sentada ante la Dirección Territorial de Educación al grito de "no somos pingüinos, somos estudiantes".

Una delegación de alumnos se entrevistó con el director territorial de Educación, Francisco Baila, a quien transmitieron los constantes problemas que tienen con la calefacción por estar la instalación obsoleta.

Por la tarde, otro grupo de unos 60 alumnos de ciclos formativos se concentró a las puertas del centro. Mónica Marsán, portavoz de los alumnos, pidió que "cambien el sistema de calefacción porque todos los años se rompe algo; este año, con la ola de frío es imposible dar clase". La situación se repite desde hace unos días.

"Vas a tomar apuntes y no te va la mano del frío", indicaba Marta Gándara, portavoz de los alumnos de Bachillerato.

ENTREVISTA CON BAILA

La joven explicó que Baila había asegurado a los alumnos que no le había llegado ninguna información desde el instituto de que la calefacción no funcionaba, pese a que el director les había dicho que había transmitido el problema a Conselleria.

El director territorial de Educación dijo que ha enviado al técnico a revisar la instalación y que solicitará la elaboración de un proyecto de instalación de calefacción para resolver el problema. Negó haber recibido escritos desde el centro informando de las deficiencias y achacó los problemas a la falta de previsión. "Nos acordamos de la calefacción cuando hace frío, en lugar de comprobar en octubre si funciona", dijo.

El director del instituto, Ismael Sanjuán, achacó el problema a que la instalación es "muy antigua" y "muy compleja". Explicó que se ha producido un "cúmulo de circunstancias puntuales" y que ayer funcionaba.

Los alumnos del Ribalta no han sido los únicos que han optado por no ir a clase por el frío. En Vilafranca adoptaron hace unos días esta medida por tener que soportar temperaturas de hasta 2,5° en las aulas prefabricas. El miércoles volvieron a clase al mejorar la situación. Eso sí, se ha optado por entrar más tarde, así como por otras medidas propuestas por los técnicos de la Conselleria, como mantener las estufas encendidas por la noche.