La 41ª Serenata a la Mare de Déu del Lledó con el poema Salutació, del recién desaparecido Manuel Villarreal, sirvió ayer de guinda a la dulce y emotiva jornada que ni la lluvia, que amenazó al comienzo de la tarde, pudo deslucir.

En el día del Tríduo, organizado por la Cofradía de Nuestra Señora del Lledó y las familias castellonensesd a partir de las 19.30 horas, se celebró una eucaristía presidida por el prior de la Basílica, Vicente Agut Beltrán, que contó con la presencia de la Coral García Julbe de Vinaròs.

Al finalizar, numerosas familias que allí se congregaron realizaron la tradicional ofrenda de flores al pie del altar de la patrona de todos los castellonenses.

Para poner punto y final a la jornada, la explanada de la Basílica del Lledó fue testigo de la 41ª Serenata a la Mare de Déu --creada por Francesc Vicent, Quiquet de Castàlia, en 1970-- con el preludio de la Cerimònia dels Pelegrins, donde el presentador del acto, el periodista Vicent Rubio, y el actor Joan Prades entablaron una conversación con diálogo.

Los dos hombres recitaron el poema Salutació, creado para la Serenata de 1982 por el escritor Manuel Villarreal. El primer acto de homenaje que recibe el escritor, tan vinculado a la manifestación mariana literaria y musical.

ACTUACIONES // Como intermedio de la escena de los peregrinos, la Colla de Dolçainers i Tabaleters de Castelló interpretó las piezas Danses del Corpus y el pasodoble Jaume Doménech, de Agustí Arbona. Posteriormente, el Grupo El Forcat, dirigido por Joan Prades, interpretó las albaes de Viver y la Jota de Castelló. Por su parte, la Banda Municipal de Castellón, ofreció la pieza Bolero y Seguidilles de Castelló, obras folclóricas transcritas para banda por el compositor Francisco Signes.

A continuación, el grupo de Manel Brancal interpretó el Preludio número 1 y Marieta de Francisco Tárrega, en versión para sexteto.

Como colofón, los cánticos por parte del numeroso público que acudió para disfrutar de una noche mágica en honor a la Mare de Déu y los grupos musicales de la salve popular de Jaume Pachés, con la letra valenciana de Miquel Peris, culminaron el acto. Como despedida se ofreció un gran castillo de fuegos artificiales. H