Fernando Miralles tiene ante sí tres dilemas por resolver que se antojan de importancia capital cara el futuro del club. Las tres dudas del propietario del Castellón van entrelazadas y de las decisiones que adopte, la entidad se encaminará hacia una u otra dirección. El mandatario albinegro se está replanteando su continuidad en la presidencia, una incógnita que, evidentemente, es la más importante y de cuya resolución dependerán las otras cuestiones por resolver.

El dirigente está viendo como un sector minoritario de accionistas -que le increparon el pasado sábado en Sagunto- está intentando dividir a la afición, aunque sabe que tiene el respaldo de la Fedpecas y Sentimiento Albinegro. Dichas críticas, unidas a la falta de ayudas de las instituciones, le llevan a no ocultar que se siente sin apoyos como propietario.

TÉCNICO Y JUGADORES // Tras 22 jornadas disputadas, el equipo necesita una reacción inmediata, y Miralles cada vez cree menos en que Cabello sea el técnico idóneo para revertir la situación. Ese es su segundo dilema. El problema radica en que tampoco se ha encontrado un perfil de sustituto claro y, a su vez, Fernando Gómez Colomer, su asesor deportivo, no es partidario de su destitución.

Pero no solo el descontento es con el técnico, ya que algunos de los futbolistas están en la cuerda floja debido a comportamientos antideportivos que no han gustado en el seno del club. Y el rendimiento deportivo de algunos de ellos invita a que Miralles tenga decidido comenzar a dar bajas cuanto antes, tercer dilema.

Miralles tiene ahora la patata caliente encima de la mesa y debe tomar decisiones. Tanto su futuro al frente del club, como el de Cabello en el banquillo y la mejora de la plantilla deben resolverse cuanto antes e ir todos en una misma dirección.