El Consorcio del Millars ha cerrado la temporada estival de baño en el río sin accidentes de gravedad, tras la puesta en marcha del servicio de vigilancia y según recoge el balance de la empresa encargada del mismo.

Así lo evalúo ayer la junta de gobierno de la entidad en un encuentro en el que la alcaldesa y presidenta de la agrupación, Merche Galí, desgranó el informe de la firma especializada que ejecutó este servicio inédito en el paraje con el objetivo de incrementar la seguridad.

“Entendemos que los 8.349 euros que ha destinado el consorcio a este fin durante los meses de julio y agosto han dado su resultado sobradamente y ahora cerramos la temporada de verano sin accidentes que lamentar en el cauce del río", según Galí.

La empresa de seguridad también se ha mostrado “muy satisfecha” por el resultado de la vigilancia realizada por primera vez en seis puntos del entorno natural del Millars a su paso por Burriana, Vila-real y Almassora.

Además de mediar con los bañistas para el desalojo de las zonas de baño potencialmente peligrosas, el servicio complementario a la vigilancia de la guardería rural ha trasladado los correspondientes informes a los responsables de mantenimiento con el parte de incidencias como mobiliario roto, trampas de pesca, cebos en el agua o escombros en el cauce del paraje protegido para su reposición y limpieza.

“Nunca habíamos ofrecido este servicio en el paraje y teníamos nuestras dudas sobre cómo de efectivo sería y lo cierto es que estamos más que satisfechos por la tranquilidad con que ha transcurrido el verano más incierto en lo que respecta al uso del río”, ha declarado la presidenta del consorcio.

Por ello, Galí ha traslado a sus compañeros la posibilidad de reactivar este servicio en próximas temporadas de baño o, incluso, mejorarlo más allá de las zonas más susceptibles de accidentes.

Así, este primer contrato de vigilancia privada ha permitido alternar la supervisión de los tramos más conflictivos, como son el salto desde la AP-7 junto al molino Paquero, el azud de Vila-real, el molino del Terradet de Vila-real, el azud comunitario, las Reballadores de Almassora y la playa de la Pola en el término municipal de Burriana. En estos puntos, además de invitar a desalojar la ribera del río, los operarios contratados han retirado botellas de plástico y vidrio, así como mascarillas abandonadas en pleno paraje natural.

Inversión en mobiliario y señalética

En último término, la junta ha acordado realizar una “importante” inversión en la renovación de cartelería y mobiliario, así como un mayor esfuerzo en el mantenimiento de papeleras y la limpieza de maleza y especies invasoras. No en vano, la crecida del río y las fuertes lluvias registradas durante la primavera, coincidiendo con el confinamiento, dañaron parte de los elementos de señalización.