Una publicación en redes sociales de una pareja de docentes de Nules ha puesto en marcha una campaña autonómica para pedir a la Conselleria de Educación que normalice la concesión de reducciones de jornada del 99% para los padres de este colectivo que necesitan cuidar a hijos con cáncer.

Abril es la protagonista de esta historia. Con 32 meses, sufre leucemia limfoblástica aguda de alto riesgo, por la que recibe un tratamiento intensivo. Jorge y Rosa, sus padres, son maestros, y cuando empezaron a informarse sobre cómo podrían compatibilizar la responsabilidad laboral con sus cuidados descubrieron una realidad que distingue a los docentes del resto de los trabajadores

La circular de Educación 1/2015, que regula permisos y licencias, establece que las reducciones de jornada del 99% (a la que tienen acceso todos los empleados de empresas privadas) se autorizan solo cuando los menores están en una situación muy grave. Los permisos remunerados que suelen concederse están entre el 50 y el 80% de la jornada lectiva.

El tratamiento de Abril requiere de constantes estancias en el hospital y de difíciles convalecencias. Con los papeles en la mano, Jorge y Rosa (y cualquier otro docente en su situación, como advierten), se ven en la tesitura de elegir entre el trabajo y su hija, u optar por lo que suele suceder, solicitar bajas por enfermedad común (depresión o ansiedad) para poder dedicar todo su tiempo a los cuidados sin perder el sueldo y, por supuesto, el empleo.

Caso por caso

Desde Conselleria aseguran que son «muy sensibles» ante estas circunstancias y que estudian «caso por caso» a la hora de establecer las reducciones de jornada, que pueden ser del 50, el 70, el 80 y hasta el 99% «en situaciones excepcionales», y para ello valoran informes médicos o edad del menor, entre otras variables. «Son situaciones límite para una familia y siempre se estudian a fondo», puntualizan.

Lo que no entienden Jorge y Rosa es por qué establecen esos baremos cuando «se trata de cuidar a niños enfermos» y creen que no debería reservarse la reducción máxima solo para cuando el estado del menor es crítico o irreversible. Lo que piden para todo el colectivo docente «es el mismo trato que cualquier trabajador». A su demanda se han sumado ya sindicatos y plataformas on line