Los miles de pinos que se llevó por delante la nevada de enero del 2017 seguirán un verano más amontonados y derribados en el bosque de Torás, por cuarto año consecutivo. Así se extrae de la respuesta de la Conselleria de Agricultura y Transición Ecológica (el suelo del pinar es del Ayuntamiento, pero los árboles pertenecen a la Generalitat) al SOS lanzado por el consistorio para exigir la retirada de los troncos muertos, ya que, aunque insisten en que es un frente que tienen en cuenta y en el que trabajan, reconocen que es «difícil» que puedan sacar la leña de ese bosque a corto plazo. 

Uno de los factores que esgrimen desde el departamento de Mireia Mollà es que la acumulación de árboles sin vida que presenta la zona del Aguamala de Torás no es un caso aislado, ya que exponen que «hay muchos otros municipios en la Comunitat que también sufren el mismo problema». Además, como ya informó Mediterráneo, alegan que la Conselleria sondeó en su momento, en el 2017, a empresas madereras para que retiraran los pinos y comercializaran la leña, pero «ninguna mostró interés» ante la poca rentabilidad que les supondría.

Alta densidad y difícil acceso

El motivo principal es que este espacio verde de Torás, uno de los pulmones del Alto Palancia, tiene una alta de densidad de árboles, lo que provoca que el interior del bosque sea una zona de difícil acceso para camiones y demás vehículos. Unas características que hacen que tengan dudas sobre hasta qué punto puede compensar «tener que abatir 15 árboles para retirar 10 que ya están en el suelo», ponen como ejemplo fuentes consultadas de la Conselleria.

«No es un espacio acotado como un campo de fútbol, una simple chispa puede crear una maleza aquí»

Carlos del Río - Alcalde de Torás

El alcalde, Carlos del Río (PP), coincide en el diagnóstico que hacen desde la Generalitat («es verdad que es complicado acceder y que hay otros pueblos igual, con los bosques abandonados», apunta), pero señala que lo que «no puede ser» es que los árboles sigan ahí a la intemperie, con el riesgo de posibles incendios que supone esa exposición de troncos secos a las altas temperaturas del verano, como ya denunció en anteriores ocasiones a este periódico. «A este paso, la única solución será que un fuego queme todo los árboles caídos o que la podredumbre los haga desaparecer con el paso del tiempo», ironiza, aunque no oculta que el problema es grave: «No es un espacio acotado como un campo de fútbol, una simple chispa puede crear una maleza aquí».

Pese a las advertencias del primer edil ante posibles fuegos, desde Conselleria remarcan que, además de haber invertido 22.000 euros en limpiar el camino y las pistas anexas al bosque, han aumentado «el presupuesto de prevención de incendios de 15 a 27 millones de euros desde el año 2015».

Visita

Con el objetivo de conocer en persona la zona del Aguamala, el alcalde anuncia que el próximo 13 de julio recibirán la visita de la diputada autonómica Elisa Díaz (PP), que fue la representante que preguntó por escrito en Les Corts para conocer las actuaciones previstas por la Generalitat para el bosque de Torás. Una de las posibles soluciones que plantea Del Río es que la Conselleria deje a los particulares ir a recoger los troncos y aprovecharlos para uso personal, algo que ahora mismo «está prohibido».