Al malestar por el proyecto que la Dirección General de Costas quiere llevar a cabo en la avenida Mare Nostrum de Moncofa, concretamente, desde el Canal de Masbó y hasta el final del mismo vial, se suma ahora la indignación del Ayuntamiento y los vecinos por el nuevo deslinde que tiene previsto marcar en el litoral sur del municipio, concretamente, desde la desembocadura del río Belcaire y el límite con Xilxes, ya que ha levantado ampollas entre los residentes de la urbanización La Torre.
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La oposición de los vecinos se debe a que el nuevo deslinde permitirá que Costas se apodere aún de más metros cuadrados, entre los que se incluye un buen número de viviendas y solares. Los propietarios de las casas podrán realizar cualquier tipo de reforma, siempre y cuando no cambien su volumetría. Sin embargo, los solares seguirán en desuso, puesto que no se podrán construir edificaciones.
"Inacción" del Gobierno
El alcalde, Wences Alós, reitera que el Ayuntamiento «está totalmente en contra del nuevo deslinde de la zona sur, porque implica dar un mordisco más a la propiedad privada, cuando todo es debido a la inacción del Gobierno». Para el primer edil, «es incomprensible que quieran marcar el deslinde en un punto donde el mar ya ha llegado a las viviendas, cuando la propia Dirección General tiene un proyecto para la defensa de este tramo con espigones, que está previsto que se exponga al público en julio».
Alós siempre ha criticado la lentitud del Ejecutivo para ejecutar los proyectos de defensa del litoral sur, ya que desde el 2010 el estudio de la Universidad de Cantabria establece la necesidad de construir espigones y todavía no son una realidad en el municipio.
Costas ‘chantajea’ a Moncofa con la protección de las casas de primera línea de la playa
Por su parte, el presidente de la asociación de vecinos de La Torre, Francisco Ros, también manifiesta «su indignación y malestar con la actitud de Costas y, por ende, con el Gobierno». «Es evidente que las cosas se podrían hacer al revés, es decir, primero recuperar al mar el terreno perdido y después consolidarlo mediante la construcción de los espigones», indica.
Tal y como comenta un afectado en la reunión celebrada la pasada semana --donde Alós explicó a los presentes los planteamientos del Ministerio-- se ven abocados a que, con este deslinde, van a perder 27 metros, más otros 20 de servidumbre, es decir, «casi 50 metros de una tacada, sin olvidar que casas de primera línea en su día ya cedieron 6 metros para que se pudiera construir un pequeño paseo, que no ha evitado que el oleaje se adentre en propiedades».