El Periódico Mediterráneo

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El actual ocupante se niega a abandonar el local y el Ayuntamiento le da un ultimátum

La pugna por el antiguo cámping de Burriana, a las puertas del juzgado

El consistorio le otorga de plazo hasta el jueves para que cese la actividad y desmonte el recinto

El nuevo adjudicatario da el verano por perdido porque la actual instalación del antiguo camping no está desmontada. isabel calpe

El cambio de manos del puesto situado en el antiguo cámping de Burriana se enroca y está a las puertas de los juzgados. El actual ocupante, que lleva más de dos décadas al frente de la concesión, perdió la puja para renovar la autorización y ahora se niega a abandonar el local.

Tras presentar varias alegaciones al concurso, desestimadas por el Ayuntamiento, el conflicto está cada vez más cerca de pasar de la vía administrativa a la judicial. El consistorio le ha dado un ultimátum tras notificarle que tiene hasta la semana que viene para cesar la actividad y proceder a desmontar las instalaciones

Tal y como informó Mediterráneo, la licitación por hacerse con uno de los puestos de las playas del municipio registró un récord de propuestas que ha conllevado muchas caras nuevas en la zona.

Es el caso del antiguo cámping, que debía haber hecho efectivo el traspaso el 1 de mayo y, desde entonces, el establecimiento sigue operando pese a no ser ya dueño de la concesión.

Al respecto, fuentes municipales no quisieron entrar a hacer valoraciones, pero explicaron que se le ha enviado un requerimiento que explicita que tiene de plazo hasta el próximo jueves 7 de julio para corregir esta irregularidad administrativa.

Esto sucede tras los dos recursos presentados por el antiguo adjudicatario que han obtenido una respuesta negativa del Ayuntamiento, puesto que el ganador del concurso cumplió con todos los requisitos que recoge el pliego de condiciones. 

Perjuicios graves

Los nuevos adjudicatarios, un tándem de socios encabezados por Francisco Navarro, denuncian los graves perjuicios que están sufriendo con toda esta situación. Navarro expone a este periódico que « entre abonar la puja, fianza, tasas, trámites, gastos de diseño y ahora abogados llevamos invertidos 60.000 euros y aún no hemos empezado a trabajar».

Manifiesta su profundo pesar porque, pese a ser dueño legal del recinto, «parece que la ley no está de nuestra parte y no me consuela recibir ninguna indemnización, lo que queremos es ponernos a trabajar cuanto antes». 

Con todo, el desacuerdo no tiene visos de resolverse de forma rápida, puesto que para intervenir el local y restablecer la situación va a ser necesario una autorización judicial, así que el nuevo adjudicatario da el verano por perdido.

Además, tienen pensado un nuevo concepto de negocio con el cocinero del restaurante local Macadan al frente, por lo que deberán hacer obras en el local. El nuevo adjudicatario da el verano por perdido porque la resolución del problema puede alargarse meses.

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